EL PSUV: El Poder Popular y La Dialéctica de la
Revolución Bolivariana
En
estos momentos finales de la campaña electoral presidencial, consideramos
necesario expresar algunas opiniones importantes en el marco de lo que ha sido,
es y seguirá siendo el compromiso y lealtad revolucionaria con el pueblo, con
el proceso de socialismo bolivariano del siglo XXI y, por supuesto, con el
liderazgo del Comandante Hugo Chávez. A la luz de la reactualización del debate
público en torno a temas como la ética y la moral del dirigente político, el
papel de los partidos políticos en la sociedad venezolana y el protagonismo del
Poder Popular y la Fuerza Armada Bolivariana de nuestro país, bien vale la pena
incrementar la reflexión pública y abierta a la participación de tod@s los
hombres y mujeres de la patria, ubicados en la perspectiva de la irreverencia
en la discusión y la lealtad en la acción. Veamos:
1.-
El gran reto inmediato es ganar
contundentemente la reelección presidencial con diez millones de votos, tal
como lo plantea el Presidente, Hugo Chávez. El PSUV y el Poder Popular deben
demostrar su eficacia para la
organización y movilización de esas y esos diez millones de compatriotas
militantes, simpatizantes, amigos, familiares y allegados, hacia los centros de
votación. Cada patrullero debe garantizar que
su 1 x 10 funcione; y aun más allá de su lista, asegurar que todo el chavismo vote el próximo
domingo 7 de octubre.
Con
la victoria electoral debemos asegurar fundamentalmente: Primero: La consolidación
definitiva del poder socialista revolucionario y bolivariano para
desarrollar el plan de los cinco
objetivos históricos; Segundo: Que
la burguesía apátrida y fascista quede políticamente liquidada; Tercero: Que la derrota general de la
oposición, la deje inhabilitada para tomar el poder, por siempre y nunca jamás, tal como ha estado desde que sufrió su
primera gran derrota política, militar, organizativa y cultural en abril de
2002.
2.-
Es importante destacar que por primera vez en Venezuela, el proceso electoral
presidencial refleja políticamente el nivel de la lucha de clases en términos
claros y precisos de una correlación de fuerzas favorable al pueblo y a la
revolución. Estamos en presencia de un
proceso dialéctico nuevo que, histórica,
social, material y espiritualmente, mantiene
en movilización y confrontación permanente a toda la sociedad venezolana.
De
un lado, los movimientos populares en alianza con la Fuerza Armada Bolivariana y
bajo el liderazgo del comandante Chávez, marchan sobre un presente en
construcción de la patria nueva; en alerta y revisión crítica de un pasado de
sombras y traiciones; y afianzando los cimientos para un futuro luminoso y
liberador, donde se garantice la felicidad y la paz necesaria para nuestro
pueblo. La razón objetiva y la lógica subjetiva, indican que el proyecto de la revolución bolivariana resultará
victorioso hoy, mañana y siempre.
Del
lado de enfrente, el candidato de la burguesía y el imperio, se hunde en su
cinismo, sus mentiras, su violencia y su irracionalidad que lo mantiene en la negación
absurda del proceso dialéctico de nuestra historia presente. Él encarna el
regreso al pasado con un paquetazo neoliberal de vieja factura fondomonetarista
cargado de violencia, anarquía y guerra contra el pueblo. Él y su archipiélago
político, oposicionista, musgoso y putrefacto, están derrotados por el amor y
la fuerza de un pueblo que despertó un 27 de febrero de 1989…¿lo recuerdan?.. y
se convirtió en el protagonista principal no solo de su propio destino sino de
la patria socialista y liberada que hoy está construyendo.
3.-
Hoy más que nunca, sabemos que la historia activa y protagónica o pasiva y en
resistencia, igual, la hacen los pueblos. Hoy, los excluidos de ayer estamos
haciendo la historia de la revolución bolivariana del siglo XXI con base en el
Poder Popular, la unidad cívico-militar y el liderazgo del comandante Hugo
Chávez. En ese sentido, es importante fortalecer nuestra conciencia en relación
a este presente histórico, pues, somos parte del protagonismo estelar que ha
demostrado el movimiento popular y revolucionario de Venezuela en los últimos
50 años de nuestra historia política. Recordemos los acontecimientos claves:
Insurrección
cívico-militar contra la dictadura de Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958; los
alzamientos militares y cívico-militar contra la traición apátrida y
anti-popular del presidente Rómulo Betancourt durante el periodo 1961-1962 en
Táchira, la Guaira, Carúpano y Puerto Cabello; huelgas obreras, manifestaciones
populares e insurgencia guerrillera de 1962 a 1970; rebelión estudiantil
universitaria y liceísta acompañados de movimientos comunitarios y culturales durante
las décadas 70-80, rebelión popular del
27 de febrero de 1989; rebeliones militares del 4 de febrero y 27 de noviembre
de 1992; la victoria política-electoral de Chávez en diciembre de 1998, derrota
del golpe de estado cívico-militar-mediático contra Chávez el 11 de abril de
2002 y contragolpe cívico-militar patriótico popular del 13 de abril de 2002;
derrota política-social-militar- organizativa y cultural del plan de sabotaje y
desestabilizador de la burguesía y el imperio contra la patria: paro petrolero,
huelga general, plaza Altamira, guarimbas, cacerolazos, guerra mediática.
4.-
El deber moral, ético, político, filosófico, existencial de los revolucionarios,
es ser consecuentes con este pueblo y con esta revolución, la única posible y
sostenible en las condiciones históricas concretas de este tiempo. En ese
sentido, la moral revolucionaria, que siempre ha sido irreductible ante el
capitalismo y el imperialismo, se reafirma en el combate al lado de los
oprimidos; así como la ética del socialismo verdadero impone obrar
consecuentemente con honestidad, decencia y dignidad para hacer valer siempre
el Bien como valor supremo hacia donde
tiende la voluntad y la acción liberadora
del ser humano. En consecuencia, de parte de los revolucionarios no debe
ni puede haber conciliación alguna con la burguesía y el imperialismo, pues,
ellos son los enemigos históricamente irreconciliables de la revolución
bolivariana y todas las revoluciones de los oprimidos y explotados de América y
del mundo.
La
derecha fascista encabezada por el candidato CAP-Radonski y su banda
desquiciada e irracional de Primero Justicia, apuestan y trabajan a favor de la
destrucción de los avances sociales y culturales del proceso popular
bolivariano. Así lo demostraron en la víspera y en el desarrollo mismo de los
acontecimientos de abril de 2002, sin obtener resultados. Sin embargo, su plan
sigue siendo el mismo y para intentar imponerlo, tienen un paquetazo debajo de
la manga, pero ya descubierto y develado. Pero, ellos igual trafican, negocian,
sobornan y entregan sus almas a los poderes extranjeros, sin vergüenza ni pudor
alguno. Por eso son apátridas desalmados. Por eso, en su campaña electoral
practican la doble moral y la doble ética. Son falsos e hipócritas. No tienen
ideas propias ni sistema de pensamiento alguno que los haga respetables como
interlocutores del Candidato de la Patria y de la revolución. Son simplemente,
como lo dijo el comandante Chávez, la nada. La nada irracional y pérfida, la nada maligna y corrosiva, agregamos
nosotros; pero, enloquecida y gobernada, además, por ese viejo y cochino dinero
acumulado por la explotación capitalista, que los llena de fascinación y
perversión que promueve el imperialismo.
5.-
En paralelo a la batalla contra los enemigos externos, naturales y declarados
de la revolución, tenemos el reto,
igualmente crucial, de la lucha contra los enemigos internos, infiltrados y
solapados dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, el gobierno y
el Estado burgués que rige la vida institucional y legal de nuestra República.
Toda revolución social alberga en su seno un conflicto ineludible entre lo nuevo y lo viejo. Los valores,
costumbres, hábitos, creencias, prácticas y rituales, moral y ética de la
sociedad vieja y decadente, perviven y se renuevan sigilosamente dentro del
proceso revolucionario. El viejo paradigma socio-político-cultural
capitalista-burgués, se impone y corrompe a muchos nuevos funcionarios del
Estado, del gobierno y del partido. Estamos hablando concretamente de ese fenómeno
nefasto de la burocracia insensible, inepta, ineficaz, desleal y corrupta.
Sin
embargo, es válido aclarar que en el contexto de la modernidad que caracteriza
a las sociedades masificadas y orientadas por las ciencias y las tecnologías,
se justifica de alguna manera la existencia de una “burocracia necesaria” para
el funcionamiento eficaz de las estructuras y las instituciones de la vida
social. De allí, su necesidad debe justificarse con su utilidad; su eficacia
debe demostrarse en el rendimiento de su productividad social. Tiene que ser
ejercicio un poder delegado para resolver problemas y ayudar al pueblo, no
imposición odiosa de un poder usurpado que genera más problemas y desesperanzas
en la gente. Hoy, la revolución soporta la deshonrosa carga de una burocracia
innecesaria, inútil, ineficaz, improductiva, disociadora y disolvente de la
moral y el entusiasmo revolucionario en muchos sectores del chavismo humilde,
digno y popular. Por esa razón, decimos que esa burocracia es tan enemiga de la
revolución como la derecha fascista, pues, su acción es corrosiva y sus efectos
desmoralizantes conspiran también contra el proceso bolivariano.
Rescatamos
y hacemos nuestras las denuncias persistentes del Comandante Chávez contra el
burocratismo y la corrupción dentro del Estado, el gobierno y el partido. Igual
que el camarada Presidente, entendemos que el proceso revolucionario no podrá
avanzar nunca más allá de las trabas y límites que la burocracia y la
corrupción interponen, bien de manera enmascarada de rojo o bien con su rostro
feroz y anti-popular. Ya nuestro pueblo chavista y revolucionario, ha madurado
políticamente, identifica y reconoce lo bueno y lo malo dentro del proceso,
sabe lo que significan estos dos males (burocracia y corrupción); aún así, en
las bases no contamos con las herramientas organizativas, necesarias y sólidas
para derrotarlos, pero la disposición si está presente, solo falta derrotar el
sectarismo.
Hasta
ahora, la sólida alianza política, ideológica, orgánica, psico-afectiva, amorosa,
religiosa y sentimental entre el comandante Chávez y el pueblo, ha funcionado
porque el líder hace lo que el pueblo necesita que haga y el pueblo a su vez
realiza lo que el líder necesita que realice. Hay una relación de consecuencia,
de lealtad y solidaridad mutua. Gracias a ese fenómeno, la revolución marcha
por encima de las múltiples adversidades, guerra mediática, saboteos,
deslealtades, corruptelas y traiciones. La victoria en la batalla contra los
enemigos externos la llevamos ganada; pero no consolidada ni asegurada en su
necesaria e inevitable trascendencia. Así mismo, las quinta columnas y los
caballos de Troya, están activados y merodean en los espacios conquistados por
la revolución, por lo cual debemos mantener el combate político, ideológico,
moral y ético bajo la premisa sabia de irreverencia en la discusión y lealtad
en la acción.
6.-
Finalmente, queremos expresar nuestra firme convicción de que la victoria del
proceso revolucionario, socialista, anti-imperialista, patriótico y popular,
estará garantizado sobre la base de que exista una vanguardia política
auténtica, representativa de los intereses del pueblo venezolano; un Poder
Popular digno e irreductible, sólidamente cohesionado en las mismas comunidades
con base en una praxis unitaria y combativa; una unidad cívico-militar
inexpugnable, con sus raíces hundidas en el alma libertaria y bolivariana de
nuestra patria; y todo ello bajo la conducción inteligente, racional,
espiritual, entusiasta, dinámica, equitativa y equilibrada, pero firme y
consistente de nuestro digno comandante y líder continental y universal, Hugo
Chávez Frías.
En
consecuencia, y con todo el respeto y consideración solidaria y fraternal que
nos merecen todos los compatriotas del chavismo venezolano, desde el “Colectivo
La Voz Comunal!” queremos expresar que nuestra lucha contra el burocratismo
y la corrupción, la cual mantendremos con
la dignidad y el decoro que caracteriza a los revolucionarios, eso sí, sin
aislarnos ni desligarnos de las estructuras y actividades del PSUV. No creemos
en la práctica de fundar nuevas estructuras partidistas pretendidas ante la
burocracia y los vicios del PSUV que luego terminan de igual manera e idénticos
fines. Creemos más en la lucha interna, en la revisión, rectificación y
reimpulso constantes, en fin, creemos más en la revolución dentro de la
revolución. Por tales consideraciones y otras muchas más, llenamos nuestra
planilla 1 x 10 y votaremos con la tarjeta del PSUV para relegitimar a Chávez
en la jefatura de los destinos de la patria para que la siga gobernando como está
planteado: OBEDECIENDO AL PUEBLO.
¡EL
7 DE Oct. es nuestro, porque CHÁVEZ
SOMOS TODOS!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS! ¡LA
LÍNEA JUSTA ES LUCHAR HASTA VENCER!
Autor:
Christian Farías
Colectivo
“La Voz Comunal!”
Gustavo C. Vásquez, Olga
Rojas, Rónal Quiñones, Roger Benítez, María Gutiérrez,
Hernán Zamora, José G. Romero, Aníbal Soto, Christian Farías, Franklin Morales,
José F. Ochoa