Miguel Ángel del Pozo
Es obligante, como comienzo de estas frases, tratar de
explicar qué significarían las “frases-concepto”: “Chávez Frías” y “objetivas realidades revolucionarias americanas”
para, en ese marco referencial, poder tratar demostrar la tesis que
consideramos como fundamental de revolución en las realidades objetivas
globales que con motivo de la “Crisis de Wall Street” han obligado al “sistema
capitalista” reflexionar sobre su propia existencia en los actuales tiempos
históricos vista la idea de que el sistema capitalista estaría caminando sin
retorno a su profunda crisis existencial con las posibilidades de cambios
profundos tanto en los referentes estado-nacionales como en los marcos referenciales
de la globalización en su etapa superior del “imperialismo globalizado” visto y
conocido el proceso histórico que, como hemos repetido en anteriores
oportunidades, comenzó a finales del siglo XVIII con profundo impacto a partir
de la política impuesta por Washington denominada como “Open Door” a comienzos
del siglo XX.
La “frase-concepto”: “Chávez Frías” cuando buscamos
definirla como concepto debería quedar concretada como “Chávez” vista la
reiterada aseveración, verídica, por cierto, expresada por el líder de la
Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, quien ha propuesto
públicamente que “…el pueblo es Chávez…”; es decir, no es ni consideramos que el
Poder Popular se haya mimetizada con el líder revolucionario bolivariano aún en
el marco teórico canettiano de “líder-masa” (sin obviarla completamente) sino
que “el
líder Chávez” se ha convertido en “idea revolucionaria” camino a
incluir, definitivamente, el concepto “socialismo
siglo XXI” para asumirse como “Chávez”. En sencillas palabras, razón
tendría el especialista en encuesta y analista, Oscar Schemel, quien propone se
acepte la conjunción religiosa del Poder Popular con Chávez Frías en el marco
ideario de la sociología euro-céntrica judeo-cristiana; nos consideramos que,
sin rechazar esa propuesta de Schemel, esa relación en praxis de “unidad líder-masa” contiene una “unidad telúrica autóctona histórica venezolana”
donde juegan papel fundamental la la religiosidad tradicional, la antropología,
la Historia de Venezuela, la geografía humana, la ideología bolivariana como
expresión histórico-nacional expuesta por Simón Bolívar en su caminar
independentista. Pero al tiempo que el Poder Popular se convierte en “Chávez”,
el paradigma sociológico e ideológico criollo-nacionalista, independientemente
se logre aclarar su significado en el marco de las ideologías
humanistas-capitalistas, ha traspasado las fronteras nacional-venezolanas para
“bañar” hacia las sociedades americanas cuando nos referimos a las sociedades
americanas de todo el continente americano. Las razones objetivas y subjetivas
que podríamos asumir como demostrativas de dicha tesis propuesta podrían ser,
por ejemplo, las “misiones sociales chavistas” como una política social-global-socialista
directamente dirigida por la relación Gobierno Bolivariano-Poder Popular que
nos consideramos va más allá de las propuestas de la política de “Bienestar
Social” de la socialdemocracia, las políticas de recorte presupuestaria de las
derechas dirigidas a “castrar” las políticas sociales estrictamente
relacionadas con los Derechos Humanos naturales, la “chucuta” política de
seguridad social titulada “Obamacare” aunque obliga señalar que, en
coordinación internacional, las derechas republicanas estadounidenses promueven
la total privatización de la “seguridad social”, privatizar la educación con el
agravante de imponer su impulso en la educación selectiva, aumento de los
costes en transporte público y la pauperización de la familia después del
fracaso de las políticas neoliberales impuestas por ese estadio del capitalismo
del “consumo masivo y expansivo” con
importantes impactos en la industria y materias primas.
Caminemos por la “frase-concepto”: “objetivas realidades revolucionarias americanas”. Todo un tema e
importante. Un tema “peso-pesado” porque son sociedades multi-étnicas,
económicamente asimétricas, socialmente encontradas, lingüísticamente
profundamente diferentes, evitando ser “radical” en los conceptos sociológico-económico-marxistas
(en plural).
Hay una realidad real en las diferentes sociedades americanas según los
espacios geográfico-humanos donde estén ubicadas. Esa realidad social aún no
descrita se expresa según las políticas socio-económicas de sus gobiernos,
según sus historias nacionales, según sus expresiones telúricas, sus
expresiones religiosas, sus realidades étnicas, sus divisiones de clases
sociales, los intereses geopolíticos y geoestratégicos de sus gobiernos en
consecuencia con sus políticas de Estado. En ese marco pre-descrito (solamente apuntado)
nos encontramos con una realidad objetiva que son los EEUU de América y sus
políticas expansivo-imperialistas de “nueva
cuño” que se vienen expresando y desarrollando en ese interesante concepto
propuesto por José Vicente Rangel cual
tituló como la “nueva política Obama”.
Pero esa no-homogeneidad socio-cultural-económica e ideológica americana se ha
venido viendo impactada por el anterior concepto propuesto: “Chávez”.
Cabe la pregunta: ¿cuánto de “Chávez-líder”, cuánto de “Chávez-idea”
estarían presente en esas realidades sico-sociales americanas? En el marco de
una respuesta a esa inquietud tienen importancia las “políticas sociales” que aprobadas
y en desarrollo, se vienen observando, desde allende las fronteras venezolanas,
por las sociedades americanas continentales. Esas políticas van acordes y en
relación con dos (2) variables americanas; la primera son las estadísticas
socio-económicas reales y oficiales que expresan y representan realidades
sociales-nacionales de los países americanos. La segunda variable es el factor “comparación”
que las sociedades van aprehendiendo, gracias a las mass-media, en
calidad comparativa entre la praxis de las políticas sociales bolivarianas
(léase: Misiones sociales socialistas, por ejemplo) vis a vis las políticas
sociales capitalistas de países con políticas neoliberales. Es decir, el
Gobierno Bolivariano presidido por Chávez Frías, viene desarrollando una
política socio-económica donde la “acumulación-plusvalía”
se invierten, primeramente, en la solución de los “problemas sociales” presentes e inevitablemente históricos como,
por ejemplo, la salud, educación como en el desarrollo sostenido de la economía
en sus fases obligantes buscando el desarrollo de la “clase media” con
conciencia revolucionaria a mediano y largo plazo dentro del marco de una
política socialista en desarrollo y perfectibilidad permanente; un socialismo
cargado de historia, de teluridad, etnicidad, organización social
participativa, responsabilidad medio-ambiental, promoción de la paz continental
y allende, cooperación y solidaridad continental, por mención.
El escenario arriba descrito se va conjugando hacia la
coordinación de intereses comunes continentales; por ello es obligante
cuestionarnos algunas dudas de lógicas consecuencias. En primer lugar, ¿el “concepto Chávez” ha sido adherido en la
siques social americana? También, sí el concepto referido ha penetrado la
siques social americana ¿cuáles sectores sociales (léase: clases sociales) se
han visto afectadas, positivamente, por el “concepto
Chávez”? Al tiempo que desglosando la línea de interpretación referida, nos
preguntamos sí el “concepto Chávez” ha
logrado impactar las y cuáles etnias americanas, cuáles han comprendido aceptándolo
como idea, praxis y medio de des-invisibilizarse como grupo social dependiendo
de sus autóctonas realidades locales y geografías específicas conjuntamente con
sus potencialidades socio-económicas. Como una última pregunta tendríamos que
cuestionarnos sí el “concepto Chávez”,
como concepto, permea realidades sico-sociales e históricas americanas; en caso
que se acepte esta hipótesis, preguntarnos porqué se estaría expresando ese
escenario y sus contenidos intrínsecos al concepto de ejercer una importante
contribución a la sico-esperanza de “visibilizarse” en las realidades sociales
americanas en los actuales momentos de crisis globales no solo en la economía capitalista
sino en los paradigmas de las ideologías políticas humanistas (refiérase al humanismo
renacentista y ss.) cuando se busca alcanzar la necesaria
objetividad de identidad personal como “ser social” en el “ser creado” aunque
parezca una contradicción per se.
Tratemos de explicar lo que para algunos sería obvio
mientras que para otros socialmente incomprensible cuando de evidente
influencia estaría ejerciendo el “concepto
Chávez” en las sociedades americanas; ello nos obliga a centrarnos en
responder la pregunta: ¿Por qué ahora se estaría desarrollando un escenario cual
los positivistas podrían calificar como de “repetición de la Historia” y los
marxistas calificarían de proceso histórico de las contradicciones de clases en
la evolución perfectible de la estructura economía y de la economía política
sobre la base del análisis histórico? Respuesta nada fácil y extensa para estas
cortas frases propuestas.
Expresábamos más arriba que la realidad consecuencial de
la “Crisis de Wall Street” había impactado realidades globales de la
geopolítica mundial. Ello conllevó decisiones ejecutivas en el norte del
Mediterráneo, en el “Cuerno de África”, desarrollar la “Crisis del Medio
Oriente”, la “talibanización de Paquistán”, buscar desarrollar la “Crisis del
Mar del Sur de China” (léase: petróleo, gas, vías para el tránsito naviero), la
“Crisis de las islas Daiyu” (léase: política territorial expansiva del Japón y
respuesta de la sociedad china) en el marco geopolítico mundial que se lo ha
calificado como de una “guerra mundial sin bombas”. Pero
con relación a nuestras realidades americanas, la “Crisis de Wall Street” ha
impactado negativamente en la sociedad estadounidense, se han profundizado en
las realidades de las mafias traficantes de estupefacientes, las realidades del
tráfico de armas desde los EEUU de América hacia México buscando profundizar y
concretar el “Plan Mérida”, la “Crisis educativa en Chile”, como referentes.
Frente a estos propuestos escenarios, las realidades de la política
socio-económica de la Revolución Bolivariana, la expansión de la “democracia
participativa” con demostraciones en praxis de las perfectibilidades de
los Derechos Humanos de la sociedad venezolana expresadas, por ejemplo, en la
participación en el ejercicio del voto y las seguridades y respetos del voto
personal, en las responsabilidades a nivel de los Consejos Comunales y las
Comunas en permanente reformas, tienen la consecuencia sico-social e ideológica
en la persona de Chávez Frías, en su relación con el Poder Popular, consolidando
su figura tanto como líder como referencia objetiva de progreso en la siques
social venezolana; quizás ello sea lo que Schemel denomina como la
“religiosidad chavista”. Ahí queda eso para la “pajita dialéctica”.