Somos guerreros por la paz, y sólo para lograrla hemos empuñado las armas. Si la guerra ha sido impuesta por los poderosos en Colombia, la paz será construida por los sectores populares y desposeídos.
En recientes pronunciamientos de la
insurgencia desde la Habana, se ha dado a conocer el nombre del décimo
de los integrantes de las FARC-EP en la mesa. Se trata del querido por
toda la guerrillerada “sargento Pascuas”, legendario Marquetaliano que
ha participado con valentía y arrojo en la lucha guerrillera en el
suroccidente de Colombia, y cuya presencia en la mesa de diálogos por la
Paz con Justicia Social nos llena de orgullo fariano.
Por otra parte, en los diversos
pronunciamientos oficiales, se evidencia claramente que dos cosas
fundamentalmente tiene JM Santos en la cabeza cuando piensa en los
diálogos con la insurgencia que recientemente fueron anunciados y que
comenzarán el próximo 8 de Octubre en Oslo: la desmovilización y la
reelección. Por eso le pone como fecha a la paz el 2013. Ese es el
termino de tiempo que le da para no matarla.
Las aspiraciones reeleccionistas del
mandatario ya se dejan ver en algunos de sus pronunciamientos y
comportamientos, sin embargo no nos interesa abordar en este artículo
ese aspecto, sino el de la desmovilización, porque es un punto que
expresa de forma clara la concepción burguesa y oligárquica de paz. Para
ellos la paz es que la guerrilla deje de existir, que se callen los
fusiles. Anhelan que la insurgencia se diluya, desaparezca, pero que
todo siga igual.
La oligarquía no quiere alcanzar la paz para
acabar con el drama de los desplazados, solucionar la problemática de
los prisioneros, alcanzar la verdad de los desaparecidos; no quiere
lograrla y poder así parar este desangre en nuestra patria y evitar que
más hermanos caigan en la confrontación; no piensa en la paz para lograr
reconstruir nuestro país sobre la base del respeto, las garantías
democráticas y la justicia social. Cuando la oligarquía piensa en la paz
se imagina un país sin confrontación armada (más seguridad), donde
puedan realizar muchos y mejores jugosos negocios, y donde pueden sacar
de forma completamente segura los recursos naturales. Por eso, siempre
miden la paz en términos económicos y utilizan frecuentemente términos
económicos para referirse al proceso de diálogo.
En pronunciamiento desde la Universidad de
Kansas en Estados Unidos, JM Santos dice aspirar a una paz “negociada”.
“El proceso de Paz sería éxito también de Estados Unidos porque
culminaría su inversión en el Plan Colombia. La paz en Colombia sería
una situación de “ganancia” para todo el mundo”. Ya entendemos porqué
dice que tiene la llave de la paz en su “bolsillo”.
Acto seguido el primer mandatario añade que: la paz probaría que el Plan Colombia fue exitoso.
Si el Plan Colombia fue exitoso, no
entendemos nosotros entonces qué hace sentado en una mesa de diálogo.
¿Acaso no fue diseñado para aniquilar a la insurgencia? ¿Igual que el
Patriota I, patriota II y Plan Consolidacion? La verdad así le duela
mucho a la oligarquía es que todos estos planes diseñados desde el
imperio han sido enfrentados exitosamente por la insurgencia por medio
de la táctica de la guerra de guerrillas móviles, y en el campo de
batalla han salido derrotados por la fuerza del pueblo en armas.
Sin embargo, nosotros como pueblo en armas
debemos decir que nuestro compromiso con la Paz es total. Tal como lo
dijo el Comandante Jesús Santrich: “no creemos en una paz negociada”,
porque la insurgencia no tiene nada que “negociar” con el estado.
Creemos profundamente es en la solución política del conflicto, esa que
logre remover las causas fundamentales que lo generaron. Anhelamos una
paz con profundos cambios, de carácter estructural, para que en Colombia
imperen los intereses de las mayorías. Para que cese el terrorismo de
estado, las desapariciones forzadas, los encarcelamientos inhumanos, la
atroz tortura. Soñamos con un país de libertades democráticas, de
debates políticos con garantías. Queremos un país sin hambre, con
educación y salud. Por eso, nuestro horizonte es la paz con justicia
social, y lo ha sido desde nuestros orígenes en Marquetalia. Somos
guerreros por la paz, y sólo para lograrla hemos empuñado las armas. Si
la guerra ha sido impuesta por los poderosos en Colombia, la paz será
construida por los sectores populares y desposeídos.
SÓLO HABRÁ PAZ CUANDO SE INSTAURE LA JUSTICIA SOCIAL