Miguel Ángel del Pozo
Desde luego ese candidato, Capriles Radonski, no tiene ni
plena idea de Política Internacional; lo que es más grave, no tiene ni la más
peregrina idea de la realidad actual global de la economía mundial. Es una
vergüenza que Venezuela tenga que presentar en el escenario internacional a un
candidato presidencial que está más cerca de ser candidato a alcalde de una
pequeña pero decente población que a la presidencia de un país, Venezuela, que
es y será referencia obligada tanto a nivel continental como allende nuestros
mares no solo por el petróleo, minerales estratégicos, agua, tierras arables
sino por la propuesta-solución a la crisis del capitalismo global con
referencias de políticas de Estado que están dirigidas a solucionar los
problemas sociales en todo su conjunto según el modelo socialista venezolano.
Deberíamos definir cuál modelo socialista venezolano al
cual nos referimos porque la oposición de derechas venezolanas y extranjeras están
viendo “brujas y hechiceros” (son inquisidores, no se olviden) en todas las
esquinas de la geografía venezolana y más allá de nuestras fronteras por las
demostrables adhesiones que a la Revolución Bolivariana y al Comandante Chávez
Frías vienen ejerciendo, sin proponérselo, en los sectores sociales
nacionalistas y menos favorecidos del nuestro continente americano; es decir,
pareciera que esas derechas trasnochadas aún están disfrutando del ideario de
la “Guerra Fría”, del anti-comunismo, de la “Crisis de los misiles”, del “Muro
de Berlín”, de un estalinismo outdated, de unas formas de gobernanza totalmente
ajenas a nuestras realidades telúrico-nacionales; por ello, criticar las
relaciones que se mantienen y se desarrollan desde la Revolución Bolivariana
con la República Popular China y con la hermana Republica de Cuba son una
expresión de tres (3) objetivos que por diferentes no son excluyentes. Nos
explicamos.
En primer lugar, Capriles Radonski y “su séquito
conservador” comulgan con las tesis vaticanas de crítica permanente tanto a
China como a Cuba; en segundo lugar, los
Washington boys se adhieren a las tesis anti-comunistas de Mit Romney, el
candidato republicano presidencial estadounidense; en tercer lugar, los
“yo-no-fui” suscriben los conceptos capitalista de la “libre empresa”, el
“derecho a la libertad de prensa” y los “derechos humanos capitalistas” según
los paradigmas de la ideología capitalista conjuntamente con ese condimento
ideológico- tomista-neoconservador. No es un secreto, mejor, es un secreto a
voces, la unidad de criterios e intereses que suscribieron Ronald Reagan y Juan
Pablo II para desarrollar políticas específicas que tuvieran como finalidad la
“derrota” de la URSS, es decir, el desarrollo del “golpe de estado suave” que alcanzara
el desplome total del estado socialista-a-la-rusa. Aquel acuerdo tuvo sus
manifestaciones ideológicas en nuestras realidades. Aquella actitud de Juan
Pablo en Nicaragua; las políticas de ayuda de Reagan a los contra
nicaragüenses; las bendiciones obispales a los golpes de estado y asesinatos en
Chile, Argentina, Uruguay para no mencionar otros países y otros escenarios, por
ahora. Todo tiene su contraparte, por aquello de los balances universales, como
aquellas ayudas financieras que concluyeran en aquella crisis bancaria vaticana
con lazos con ideologías medievales que culminaron con aquel suicidio de algún
alto funcionario bancario vaticanense en algún puente de Londres. Solo por
mencionar. Aquel extraño y lúgubre escenario fue el marco ideológico que sustentó
las realidades de la organización execrada
de “Familia, Patria y Propiedad” sustento ideológico de palabras y
comportamientos de Henrique Capriles Radonski y “su dream team”. Nada extraño
resulta de los comportamientos del mencionado y su “dream team” durante el 12
de abril, día después del “Golpe de Abril”, cuando actuó y acompañaron en su
liderazgo, acorde con sus pensamientos fascistas de sustento histórico en los
años de la entre-guerras cuando surgieron, vía la mentira, el engaño, la violencia,
los políticos fascistas que llevaron a Europa a la “masacre de judíos, gitanos,
comunistas, socialistas y otros desclasados”. En ese orden, deberíamos, en
respeto ético a la Historia durante el “Golpe de Abril”, traer al consciente el
escenario que aplicaron en Caracas y otras ciudades, sus actuares que
repetirían, una vez más, en cuanto tuviesen “un chancecito” de alcanzar el
Poder. En nuestro criterio, “los chicos justicieros” sueñan con un escenario
igual y/o parecidos a los que disfrutó don Álvaro Uribe Vélez durante su
presidencia; por ello los enamoramientos y los distanciamientos con el
Presidente Juan Manuel Santos.
En segundo término, el candidato presidencial republicano estadounidense, Mitt
Romney, ha expresado que el enemigo fundamental de los EEUU de América es Rusia
(sic); en recientes fechas ha agregado a Cuba y a Chávez Frías. Claro, ello ha
ocasionado cualquier tipo de jocosos comentarios en los medios públicos estadounidenses
con cierto criterio profesional. Mitt Romney es el adalid de esa dama
republicana que funge como legisladora estadounidense quien tiene un problema
freudiano con el Comandante Chávez Frías. Es el norte del conservador-borbónico-franquista-panfleto
del ABC español. Es la esperanza de “particulares” personajes que buscan un
lugar noble en la Historia de América; es la referencia de la más rancia
oligarquía y burguesía americana que “trabaja” buscando desplazar del ejercicio
del gobierno en países latinoamericanos a las y los actuales
líderes-responsables de políticas nacionalistas-continentales, sociales-socializantes-socialistas,
revolucionarias-pacíficas-democráticas, morales-éticas y, por curiosidad no
mencionada, las religiosidades telúricas y eurocéntricas sin contradicciones
personales.
En tercer escenario, Capriles Radonski ha criticado las
relaciones globales internacionales, particularmente, en este texto, nos
referimos a China y Cuba que mantiene la Revolución Bolivariana en su Gobierno
Bolivariana según directrices del Presidente Chávez Frías. Podríamos argumentar
señalando las relaciones político-económicas y militares que mantienen los EEUU
de América con la República Popular China como contra-argumento. Pero a
Capriles Radonski, como buen mensajero de Washington, expresa las preocupaciones
de la “penetración china” en el “patio trasero” de los EEUU de América y los
efectos “perniciosos” que dichas relaciones tienen sobre la actual reingeniería
de la “Doctrina Monroe” y las nuevas políticas del Pentágono tanto para el
Caribe, Centroamérica y Suramérica como en su búsqueda por el control de la
región occidental del continente africano.
Pero son dos (2) temas muy diferentes; nos referimos a
China y a Cuba. Con respecto a China, Capriles Radonski demuestra su ignorancia
en las responsabilidades que representan, en el marco del derecho internacional
público, los “acuerdos” alcanzados por Venezuela y China sobre variados y
diferentes tópicos de carácter económico y financiero. Demuestra su ignorancia
en las realidades que implican la transferencia de tecnologías chinas al
desarrollo del sector industrial venezolano. Demuestra su ignorancia en cuanto
el significado de los créditos y sus particularidades financieras aún en el
marco del manejo del propio sistema capitalista. Demuestra su ignorancia en
cuando al estudio histórico de los “Tratados y Acuerdos” que se han firmado
desde la explosión del capitalismo en su fase imperialista desde mediados del
siglo XIX hasta, cuasi, la presente fecha (casos: Iraq; Afganistán, Iraq y
ciertos países del Africa oriental); por ello, nos vamos a permitir
recomendarle a su “dream team” que se echen una pasadita por la Biblioteca Central
de la Casa Amarilla donde podrán consultar toda una bibliografía al respecto. Entonces
¿Qué calidad de Presidente queremos para la Venezuela del siglo XXI?
Con respecto a Cuba el tema es más delicado. Nos
explicamos. En Política Internacional se agradecen las “ayudas y solidaridades”
que un país le pueda aportar a otro en situaciones especiales. El señor
Capriles Radonski demuestra su calidad humana, su moral y ética, cuando expresa
pensamientos de “dudosa calidad religiosa”, aún en el marco del pensamiento de
“Familia, Patria y Propiedad”, en tanto y cuando, ese grupo religioso sustente
(supuestamente) su religiosidad sustentada en la Doctrina de la Iglesia
(Catecismo, por ejemplo). Además, nos muestra su desconocimiento de las
políticas que viene impulsando tanto el Pentágono como el Departamento de
Estado de los EEUU de América en cuanto a las políticas de “ayuda humanitaria y
en momentos de desastres naturales” que afecten países como, por ejemplo, todos
los países de Centroamérica y El Caribe, de Suramérica, de Asia-Pacífico, de
Afganistán e Iraq, de Japón y cualquier país que represente un particular
interés en la geopolítica y geoestratégica del Poder (Müller Rojas nos decía)
conjuntamente con la “nueva política Obama” (José Vicente Rangel dixit). En
verdad no entendemos que es lo que quiere Henrique Capriles Radonski y su
“dream team” para Venezuela y para toda la sociedad venezolana, el Poder
Popular más todas las clases sociales que están cerca de las tesis
nacionalistas y bolivarianas porque, reiteramos, los “mayameros” nunca-jamás se
adherirán a la Revolución Bolivariana.