Miguel Ángel del Pozo
El
presente conjunto de ideas sobre petróleo no tratan de alcanzar los niveles de
los expertos en temas petroleros sino exponer algunas inquietudes que estarían
relacionadas con los escenarios internacionales en desarrollo y los probables y
posibles impactos que ellos podrían incidir en las políticas revolucionarias
que está impulsando el Comandante Chávez Frías como objetivos a mediano y largo
plaza en el marco de objetivas realidades que permitan que esas políticas
revolucionarias puedan ejecutarse tanto a nivel de los objetivos
nacionales-revolucionarios como en la incorporación y contribución al
desarrollo independiente de presiones externas de la 5ta economía mundial en lo
que significa el MERCOSUR, como bien lo han expuesto las Presidentes de Brasil
y Argentina, el Presidente de Uruguay y el Comandante Chávez Frías. Ello, no
obstante, permítasenos exponerlo con este vocablo, “rebotarán” en el resto de
toda la América Latina
(nos referimos al continente americano
que está limitado entre las costas de Venezuela y el estrecho de Magallanes),
en Centroamérica (desde la frontera sur
de Panamá hasta la frontera norte de México), del Caribe (tanto el Caribe Oriental como el Caribe
Occidental). Lo expresamos porque MERCOSUR tendrá, inevitablemente, en el
marco de sus responsabilidades objetivas de crecimiento en cooperación
permanente, aceptar sus obligaciones con, primeramente, los países al sur del
río Bravo, y, en segundo término, con las objetivas y necesarias relaciones con
los países anglo-sajones representados en el continente americano por los EEUU
de América, Canadá y la presencia colonial, absurda y contradictoria ante la
tesis de la “Doctrina Monroe” impuesta por los EEUU de América en el siglo XIX,
de Gran Bretaña no solo como vecinos geográficos sino por el carácter
capitalista de sus mercados internos porque, como revolucionarios, tenemos la
obligación de alcanzar soluciones importantes socio-económicas a lo interno de
las sociedades del MERCOSUR sino, al tiempo, consolidar y, de ser posible,
superar ese 5to lugar como economía mundial (aclaramos que aún nuestra referencia a la “Doctrina Monroe” –“América
para los americanos” (¿?)- nos oponemos, militantemente, a cualquier intención
de neo-colonialismo anglo-sajón de permanencia que se intente mantener y/o
renacer –caso: Paraguay- al sur del río Bravo). Las objetivas realidades
están presentes, hay que aprovecharlas.
El
Comandante Chávez Frías ha mencionado y lo seguirá repitiendo, que Venezuela, por
ahora, en reservas probadas en petróleo, se ha colocado como el país
del globo terráqueo con las mayores reservas de crudo a nivel mundial. Hemos
escrito “por ahora” porque, quizás, aún no se han terminado de calcular
(en vocablo popular) el total de las
reservas de crudo existentes en los espacios geográficos que significan,
históricamente, la
República Bolivariana de Venezuela como tampoco se han
diferenciado los diferentes tipos de crudo en esas reservas. Por ejemplo, uno
de los interesantes temas sobre el petróleo es aquel tipo de crudo (API) que se
ha utilizado y se sigue utilizando para la fabricación de “asfalto”. Nos permitimos
una pequeña infidencia. En alguna oportunidad, empresarios tailandeses
contactaron una misión diplomática venezolana para alcanzar acuerdos con PDVSA
para la importación de un tipo de crudo extra-pesado apto para la producción de
un tipo de asfalto de altísima calidad.
Pero
no solo Venezuela tiene esas objetivas ventajas comparativas en el escenario
internacional actual donde el sistema capitalista se ha venido desarrollando
según sus propias necesidades históricas a niveles de la estructura económica
que ha sido impactada, en profundidad, por el neo-liberalismo post-Caída del
Muro de Berlín (léase: tesis impuestas
por Ronald Reagan y Margaret Thatcher). El Comandante Chávez Frías ha
mencionado varios países de la
UNASUR con importantes reservas de crudo y gas: Brasil,
Bolivia, Argentina, Ecuador, Perú, Colombia con probables yacimientos en Las Malvinas-Argentina,
Uruguay, Chile (desconocemos las
realidades en ese factor económico en Guyana, Surinam y la colonia francesa de la Guayana Francesa).
Es decir, para que las fábricas sigan “echen
humo” es necesario “energía” que,
por ahora, se sustenta, entre otras fuentes energéticas, en el petróleo.
Caminemos
hacia el escenario energético internacional. El “think tank”: Atlantic
Council publicó un análisis sobre el tema bajo el título: “Baltic
Energy Security: Building a European Energy Future”. Los expertos en el
tema petrolero conocen que la región del Asia Central es fundamental para la
supervivencia de la economía de la Comunidad Europea con todos sus países fundadores
y pertenecientes. En ese escenario, Rusia tiene “vox populi” en las altas esferas energéticas europeo-comunitarias.
Alemania ha logrado alcanzar acuerdos importantes para el suministro ruso de
crudo y gas a través de los transportes tradicionales que atraviesan países que
siempre e históricamente han manifestado sus reservas sobre el “expansionismo e influencia eslava” en
la cultura occidental-cristiana pero las realidades de la economía
mundial-europea capitalista obligan alcanzar acuerdos de “mutuo beneficio” que conllevan la “no interferencia en los asuntos internos” (la prensa occidental comunitaria mantienen una matriz de opinión de
crítica permanente a los derechos humanos capitalistas; mientras que los
voceros político-estatales corean al unísono esas matrices). Guste o se
rechace, es inevitable la necesidad de la Comunidad Europea,
a través de Alemania, desarrollar una “política
de buena vecindad” con Rusia, un escenario que, quizás, por primera vez en la Historia de Europa, se
hará realidad; es decir, Europa alcanzaría su status quo de “pax germaniae”. Pero
una cosa es la
Comunidad Europea y otro es el desmoronamiento de las bases
fundamentales del “Plan Marshall” cuando Washington trata de mantener su
solidez e influencia en Europa Occidental a través de las políticas que impone
en el seno de la OTAN
como pudimos conocer, sin tapujos, durante los escenarios en Libia, nación
proveedora de crudo y gas a aquellas naciones que como “salvadores de la moral y ética” cristiana se cansaron de
bombardear a la sociedad libia. Pero ¿qué tiene que ver el Presidente de Siria,
Bashar Al-Assad, en todo este berenjenal bélico y qué pinta el petróleo e Irán
en ese escenario de pre-guerra? Según opinión del sector militar retirado y de
inteligencia israelitas, bombardear zonas estratégicas no militares iraníes
según la política que viene “vendiendo”
el Primer Ministro, Netanyahu, no es ni conveniente, ni prudente ni alcanzaría
objetivos reales de profundo interés geoestratégico israelita porque consideran que la dirigencia
iraní no tiene como objetivo fundamental la construcción de armas nucleares como
vienen propagando tanto Washington como los sectores radicales israelitas y miembros
de ciertas comunidades judías internacionales. Entonces, sí así opinan,
inclusive, el ex-jefe del Mossad, y el ex-ministro de defensa israelita ¿cuál
sería el objetivo geoestratégico de Israel para el Primer Ministro israelita al
dar ese peligroso paso hacia el caos regional? Quizás sea lograr apoderarse de
todo el Golán. Pero, sí Israel realiza una acción militar como la expuesta de
bombardear Irán, inmediatamente, el escenario regional “estallaría como un polvorín” involucrando a todos los actores de la Región del Cercano Oriente
siendo las consecuencias inmediatas, probablemente, la reacción militar de Irán
buscando afectar el estrecho de Ormuz, entre otras acciones bélicas (nos interesan aquellas acciones militares
que afecten el flujo de crudo hacia los mercados mundiales).
Una
acción militar como la descrita más arriba, nos permite definir un conjunto de
sub-conjuntos que por ser sub-conjuntos no significa que no se entrecrucen las
realidades escénicas. En primer lugar, debemos traer a la memoria aquella
situación de cierre del Canal de Suez como escenario-referencia geo-militar y
estratégico. El cierre y/o la alteración del flujo naviero en el estrecho de
Ormuz impactarían, inmediatamente, los precios del crudo en los mercados
internacionales. Esta realidad, aun en conocimiento de que las reservas
estratégicas estadounidenses están en situación de contingencia, obligarían a
Washington bien a controlar el precio de los productos petroleros “aguas abajo”
para evitar una crisis social-sicológica interna y controlar la subida de los
precios internos que afectarían la inflación. En segundo lugar, visto la
afectación de las exportaciones de crudo de la región alrededor del estrecho de
Ormuz, obligaría a Washington a buscar seguridades de “país confiable” en
aquellos países que exportan crudo al mercado estadounidense en zonas cercanas
a sus mercados consumistas visto el alto consumo de crudo (petróleo) que mantiene la sociedad estadounidense. Ese escenario
afectaría, inevitablemente, las elecciones presidenciales estadounidenses de
este año 2012. En tercer lugar, se significaría ampliamente la presencia de la OTAN en Afganistán, Iraq,
posible presencia impuesta en Paquistán y en las ex-Repúblicas Soviéticas
fronterizas con China y Rusia.
Nos
preguntamos ¿podría el mundo aguantar una crisis socio-económica más profunda
que la actual sí suben los precios del petróleo y, por ende, los precios de
materias primas fundamentales de uso por la industria militar y el oro?