(Comandante
Fidel Castro dixit)
Miguel Ángel del Pozo
El Comandante (Chávez Frías) no deja de asombrarnos a
“tirios y troyanos”. Apareció cuando menos lo estábamos esperando justo cuando
la oposición y los escuálidos (debemos desde ahora separarlos) estaban con
elucubraciones a millón. Marciano lo escribió en su columna: “Piedra de
Tranca”, de los días viernes en VEA titulando el texto: “Danza macabra” (VEA.
Caracas, 7 de diciembre, 2012, pág. Editorial 7). En realidad no tiene importancia
más allá de que la noticia recorrió “esa nave” que Walter Martínez nos enseña
en los albores de la nocturnidad. Ello significa que el Comandante y el
Comandante venden prensa y rating. Así es el mundo capitalista donde vivimos:
absurdo de toda absurdidad (aparentemente).
Debe haber una razón para tanta “preocupación” por las
saludes de ambos líderes revolucionarios: Fidel Castro y Hugo Rafael Chávez
Frías. Ella, quizás, se deba a que ambos son los políticos incómodos de la
modernidad y, para gustos de todos y todas, de la post-modernidad. ¿Por qué?
Pues ambos son la imagen de esas realidades ya no utópicas que han convivido,
históricamente, con las sociedades latinoamericanas desde “sabe Dios cuando”. Por ejemplo, podríamos preguntarnos porqué Nerón
persiguió a los cristianos con tanta saña. También inquirirnos porqué de
aquella Cruzada de los niños para llegar a ningún lugar. Saltando la Historia podríamos
imaginar los ruidos en Las Tullerías de París de Francia y/o los fusilamientos expresados
en aquel cuadro de Goya y la de los campesinos y citadinos rusos en los albores
de la Revolución Bolchevique y los asesinatos de miembros del partido comunista
chino en abril de 1927 en Shanghai por los soldados del anti-comunista Chiang
Kaishek apoyándose en las mafias verde y blanca. Esos acontecimientos también
tuvieron sus líderes, sus idearios, sus aspiraciones y esperanzas, sus
ambiciones como seres sociales, sus utopías caminando hacia realidades
concretas dejando atrás filosofías y teologías del imaginario no temporal.
Fueron realidades históricas de la Humanidad que se expresaron “empujando” las
perfectibilidades de las utopías sociales, de las aspiraciones de la Humanidad
en la Tierra para expresarse en los tiempos temporales-históricos. Pero porqué
de tanto interés por las realidades de ambos Comandantes expresadas por los
intereses capitalistas, nos preguntaría alguna persona con ingenuidad inculta
políticamente. ¿Qué los hace diferentes a los otros líderes políticos del establishment
actual?
Comencemos por exponer, en nuestro criterio y
responsabilidad, que en la casi totalidad de la segunda mitad del siglo XX, el
Comandante Fidel Castro ha sido el político que más ha impactado al capitalismo
como expresión temporal-histórica. Fidel se enfrentó a la salida del siglo XIX
triunfando y ha sostenido la dignidad de los pueblos latinoamericanos a pesar
de todas las expresiones
político-temporales en contra de los derechos históricos de los pueblos
que se han manifestado al sur del estado de la Florida (EEUU de América). ¿Es
duro escribirlo y/o es muy duro pensarlo? Debemos asumirlo como realidad
socio-histórico-latinoamericana tanto por “tirios como troyanos”. Pero los
tiempos humanos y terrenales no perdonan y las realidades temporales se
expresan cuando los pueblos se expresan en sus utopías (aspiraciones como ser
social, individual y como colectivo). Apareció Hugo Rafael Chávez Frías para
asumir la responsabilidad de llevar la “antorcha de la dignidad” latinoamericana
en realidades temporal-latinoamericanas y en los tiempos de crisis del
capitalismo global porque sí nos retrotraemos a los comienzos de Chávez Frías,
el capitalismo global comenzaba a exponer sus propias debilidades ya no
temporales sino estructurales (es obligado reflexionar entre la temporalidad de
la crisis y la crisis estructural del sistema capitalista). Hugo Chávez se
manifestó con una tal fuerza telúrica que “empapó” de dignidad a un pueblo
subsumido por las nuevas realidades sico-sociales que se desarrollaban en
aquella neo-dependencia washingtoniana buscando la “aspiración a la esperanza socio-histórica
inconsciente”. Difícil tarea, difícil campo de batalla; era asumir las
realidades del combate contra la “involución humana”; era exponer las
realidades des-humanizadas del capitalismo neo-liberal; era comunicar que “no
más Operación Cóndor”; era hacer realidad la “unidad cívico-militar”. Tiempos
modernos revolucionarios.
Cuando reflexionamos de las durezas de los tiempos de
guerra de guerrillas tanto en la Patria como allende nuestras fronteras quizás
podamos reconocer que “el muro era alto y la roca sólida” para su “derrumbe
total”; eran tiempos de incertidumbre intelectual y de praxis política; eran
tiempos de objetivar realidades cuando las derechas nos decían que la Historia
había llegado al llegadero. Eran tiempos de angustia y desolación. La
“democracia en la calle” no era suficiente. La plaza de las Tres Gracias se
quedaba pequeña pero había y era necesario buscar salir del cul-de-sac al cual
nos habían llevado inteligentes políticas socio-económicas de dependencia capitalista
por la globalidad en el marco de aquella nueva “división del trabajo” según dos
objetivas variables: la globalidad económica y el neoliberalismo capitalista
(aunque y/o porque suene a redundancia). Ese era el mundo que encontró en su
camino Hugo Rafael Chávez Frías. Triunfó sobre el mal sico-social del
capitalismo en su circunstancia y por ello que Fidel Castro en aquel discurso
en la Universidad habanera lo llamó Comandante. Los rangos se ganan a pulso y en
la praxis.
En ese contexto y en reciente fecha, el Comandante Fidel
Castro le “soltó” esa frase de despedida en el aeropuerto cubano antes de su
regreso a la Patria para conversar con su pueblo. Nos imaginamos la escena:
“…Hugo, Latinoamérica esta ardiendo…” No son aquellos momentos de los años 60
ni 70 ni 80; son los “tiempos modernos” del siglo XXI. Es la realidad en frase
del escenario de la Segunda Independencia. Es el impacto de las teluridades
chavistas expresadas al sur del estado de la Florida y allende nuestras
realidades latinoamericanas. Es una frase de un peso político que ya está
“trayendo cola”. La sabiduría de quien ha caminado 10 mil li y ha leído 10 mil
libros expresada en una sola frase. Es el delirio y el juramento en una sola
frase. Es la responsabilidad de “tirios y troyanos” para “comulgar” por el
futuro que se le está negando al “viejo continente”. Es la realidad que impone
los cambios históricos. Es la paz y el progreso continental americano. Es lo
inevitable.
Pero en la cotidianidad latinoamericana ¿Qué significa
que América Latina esté ardiendo? Debemos reflexionar con la seriedad y
objetividad necesarias para evitar “males mayores”. Es la realidad que se está
expresando en permanente contradicción entre Washington y las sociedades de
América Latina; es decir, el continente americano tiene dos (2) caminos a
recorrer: la paz y/o la permanente alteración social en profunda crisis.
América Latina no es la Europa de los años 30 y Venezuela no es la España del
36. Es la realidad que las derechas continentales deberán asumir con
responsabilidad histórica. Hugo Rafael Chávez Frías es el líder continental que
expresa: dignidad, Historia Latinoamericana, humanidad, esperanza, teluridad,
orgullo de ser latinoamericano, es socialismo, es realidad tangible y los
pueblos y sociedades latinoamericanas lo saben y lo sienten.