Por: Martín Guédez
Una decisión perfectamente constitucional del MPPPE ha vuelto a disparar los demonios de un sistema que se niega –sus razones tiene- a dar paso a transformaciones en el Sistema Educativo que den sentido y plenitud a su sagrada misión cual es la de formar hombres y mujeres para la igualdad, la participación y la libertad. Me refiero a la 058 que crea los Consejos Educativos. No podía ser otra manera, lo que tiene que morir antes de hacerlo patalea. Incapaz de entender que es imperativo adaptarse a los vientos de libertad e igualdad que surcan el mundo entero se empeñan en aferrarse al pasado.
El argumento de la derecha conservadora para entorpecer, sabotear e impedir el proceso de plenitud constitucional planteado en la esencia de la Constitución y la LOE es aquel según el cual “Ellos (la inmensa mayoría de la población) no quieren educación sino la Ideologización de nuestros muchachos” El “coco” de la ideologización es y será el fuerte en esta socorrida batalla de ideas. La derecha esconde lo fundamental: todo sistema cultural y educativo es ideologizador, lo es el sistema burgués-capitalista y por supuesto también lo es el sistema socializador establecido en la CBV y la LOE. El sistema capitalista que tanto terror muestra ante la ideologización tiene siglos ideologizando a través de “su” sistema educativo y “su” cultura dominante. No habría podido perdurar tanto tiempo sin ese manejo de la superestructura. Lo saben muy bien y por eso volverán a dar “su” batalla.
Una ideología es un conjunto de ideas que apoya y posibilita un sistema (económico, social, político, etc.) El sistema capitalista basado en la preeminencia y el culto a la competencia, al egoísmo, a la avaricia y la acumulación de riquezas -explotando al otro y a la naturaleza- posee “su” ideología y la impone. Esa ideología se comunica, se transmite, se contagia y, en fin, se hace presente a través de todos los medios a su alcance. La ideología consta de unos componentes: una representación armónica del sistema y un programa de acción. Con la primera, la sociedad adquiere un punto de vista particular de la realidad, un modo de aceptar, asumir y hasta desear esa realidad presente sin importar cuan injusta sea.
Por ejemplo, el abandono de muchos, su explotación, la indiferencia ante las necesidades de esos muchos debe contar con una estructura de pensamiento que lo encuentre normal, lógico y hasta necesario, un modo de ver que no cuestione la razón ética. El programa de acción tiene como objetivo acercar en lo posible el sistema real existente (injusto) al sistema ideológicamente pretendido. El capitalismo hace siglos que lo ideologiza todo, el socialismo pretende conformar una nuevo sistema de valores que ideologice a la sociedad en el humanismo, la solidaridad, la igualdad, la justicia y el amor al prójimo. Así que el tema no es “Educación sí, Ideologización no”, el tema es transformación de la educación para la sumisión y la muerte por la Educación y la Cultura para la libertad, el amor, la igualdad y la vida.
Esta tan socorrida “preocupación” por la ideologización de la educación no brota silvestre como la yerba, tiene sus centros orientadores en la Meca del control social: el imperio. En términos teóricos y prácticos el imperialismo consiste en la relación por medio de la cual un estado controla la soberanía de otro. Esto puede lograrlo la metrópolis imperial por medio de la fuerza o por la vía de la dependencia económica, social, cultural o educativa. La historia demuestra que el camino del dominio por la fuerza resulta costoso y poco estable puesto que debe mantenerse la presión de la fuerza sin descanso para sostenerlo. Una cosa es conquistar y otra es dominar. Véase el éxito de los EE.UU., para invadir Iraq en apenas horas y el fracaso clamoroso en ocuparlo. Requiere entonces el imperio un conjunto de factores que incluyan la convicción por parte de la sociedad invadida, dominada y saqueada, de lo deseable que resulta ser dominada. ¿Difícil? Pues sí, pero históricamente lo han logrado por milenios. Veamos:
Debe instalarse en el subconsciente social del dominado no sólo el miedo a la libertad, a la soberanía y a la independencia sino la admiración por la sociedad dominante. El dominado debe, -transculturación de por medio- admirar a quien lo domina e incluso, instalar el deseo supremo de parecerse y llegar a ser como el dominador.
Se arroja sobre la sociedad dominada una perspectiva del mundo y la historia imperiocentrista. Para el aparato educativo y cultural impuesto todas las otras expresiones alternativas no son más que giros irrelevantes de pueblos salvajes que confirman la superioridad de la civilización imperial. Se debe legitimar la superioridad, no sólo tecnológica, económica y militar, sino moral del imperio. De allí el empeño en modificar el hábitat local en todas sus expresiones hasta convertirlo en expresión de la cultura imperial. Esta transformación incluye todos los espacios materiales y espirituales. Sólo hay que darse una vueltita por cualquier calle de Caracas y ver como cada vez más se parece a una calle de Miami o New York por sus anuncios, reclamos y avisos, o darle una mirada a muchos de estos muchachos desnacionalizados, su música, sus gustos o sus deseos.
Vimos –por ejemplo- hace un par de años la burla grotesca que se hacia en un spot publicitario de una de las expresiones folklóricas más queridas de nuestro pueblo: el aguinaldo navideño. Uno de los aguinaldos, tesoro de nuestras tradiciones, el “niño lindo”, era ridiculizado como algo despreciable, fuera de onda, y en su lugar exhibido como ejemplo una expresión musical del imperio. Sin anestesia ni vaselina se le dice al joven que lo nuestro es ridículo y que lo imperial es lo moderno, lo que es apetecible, lo que está en la onda. Más grave aún, hay quien propone hoy que para “ganarse” a los jóvenes no debemos moverles la conciencia sino las caderas y darles “lo que les gusta” reaggetón. Alí Primera, Carlos Ruiza y tantos cultores no tienen pegada, quedaron pa’los viejos. ¡Válgame Dios! Olvidamos que tienen esos “gustos” porque entre otras cosas son los gustos sembrados por las clases dominantes.
Frente a esto como problema, debemos añadir a la resistencia primaria y natural a todo cambio, la resistencia cultural para reconstruir los valores pulverizados por años de dominio capitalista, algo que Fidel llama “los reflejos condicionados” Frente a todo y como vía a la esperanza debemos restaurar el amor por lo nuestro, el orgullo por lo propio y, en primer lugar, el nacionalismo, el amor a la patria por más que el capitalismo lo encuentre obsoleto.
Hemos sido brutalmente desnacionalizados. Hemos podido nacionalizar y rescatar el petróleo pero no lo hemos logrado –aún- con el hombre y la mujer, al menos, no lo hemos logrado con ese buen segmento de la población que conocemos como capas medias ¿Saben compatriotas? No lo lograremos dándole más de lo que les “gusta” o caramelitos sustitutivos con sabor a capitalismo. Tenemos la urgente necesidad de sustentar la resistencia al capitalismo, no sólo en la conciencia de injusticia sino en las razones de esa injusticia. Debemos nombrar y habitar nuestra tierra desde la autenticidad de nuestro origen y nuestra historia, hermosa, heroica, ajena y distinta a la historia imperial. Héroes, mitos y religión deben desimperializarse, por más que a muchos de estas y estos jóvenes les guste más Supermán o Batman que Florentino. La resistencia a la estructura imperialista se construye desde la conciencia militante de nuestros propios valores.
El imperio requiere de nuevas formas para asegurarse el control de nuestros recursos naturales, tanto humanos como materiales, llegarán es estos cuando dominen los primeros.
El sistema educativo y los medios de comunicación –ambos a una- juegan un papel relevante en este proceso que, Noam Chomsky, llama “fabricación del consentimiento” y que consiste en lograr que nuestros jóvenes acepten que lo bello, lo moderno, lo apetecible y lo deseable es lo imperial. Esto es algo que podemos ver todos los días, a toda las horas del día, en pantallas de televisión, emisoras de radio, vallas publicitarias, periódicos y revistas: patrones de belleza, arquetipos, modos de vida, paradigmas sociales, y en general todo el escenario cultural, responde a unos valores que denigran de lo nuestro, que exhiben lo nuestro como despreciable, desechable y feo. Lo blanco asajonado en todas las expresiones es omnipresente. Los medios de comunicación tienen el poder de penetrar en la cultura receptora hasta demolerla y eso lo han venido haciendo por años. Estos poderosos medios de desconstrucción cultural pertenecen al imperio o están en manos de sus sátrapas o adoradores vernáculos. Son estos mismos que hoy hacen todo lo posible por detener el efecto liberador, participativo y protagónico de la Resolución 058
Es claro que –para nosotros- el empeño debe ser integral e incluir el sistema educativo, pero la lucha cultural y educativa tiene una impostergable tarea por delante: Rescatar la cultura propia, el orgullo y el amor por lo nuestro. Es sólo desde esa perspectiva que podremos emprender esta difícil tarea de con posibilidades de éxito. La monumental capacidad que la globalización y las nuevas tecnologías de las comunicaciones ha colocado en manos del imperio la convierten en algo heroico. Sólo siendo, cada vez más, lo que somos podremos llegar a ser. Unamuno cuenta como, si un pececito admirase el vuelo libre de un pájaro e instalara en sus deseos el llegar a ser como el pájaro, empezaría a morir como pez. Incluso, si por algún milagro, alcanzara la mutación perfecta y llegara a volar, se tornaría pájaro imperfecto pero habría muerto como lo que era: un pez. Debemos mirarnos a nosotros mismos, construirnos desde adentro, sólo entonces podremos abrir las ventanas a lo ajeno sin que la ventolera borre nuestra identidad. Sin identidad no hay patria, sin Patria y Socialismo sólo habrá muerte.
“EL SOCIALISMO NO SE CONSTRUYE CON LAS ARMAS MELLADAS DEL CAPITALISMO” Che
¡¡¡VENCEREMOS!!!