miércoles, 18 de mayo de 2011

CPI: CORTE PENAL DE LA IGNOMINIA En el caso Libia:

En el caso Libia
CPI: CORTE PENAL DE LA IGNOMINIA

En las dunas del desierto Libio encalló el mascarón de proa de una Corte Penal Internacional, desde el momento en que su fiscal Luís Moreno Ocampo en pose de inquisidor colonial, pero con el nombre de fiscal moderno, tiene el deshonroso rol de concretar la ignominia de un remedo de justicia racista y discriminatorio, que nació hace más de una década con el fin de ser el garante mundial de los derechos humanos en los estados asociados a la Organización de Naciones Unidas - ONU- a raíz de los sucesos de barbarie de la ex-Yugoeslavia y Ruanda.

Este tribunal que debía garantizar los derechos y deberes de las poblaciones vulnerables, a través de Carla del Fonse y Baltasar Garzón en los años 90 y principios del siglo XXI, concitó las esperanzas de los pueblos agredidos, que los vieron escenificar el espejismo de imparcialidad y equidad que debe tener todo aquello que decida encarnar la administración de justicia, en los hechos luctuosos y canallas del Chile según Pinochet, la Junta Militar de Argentina, las Balcanes o Ruanda, cuando Karadzic, Milosevic y al jefe militar Agustín Ndindiliyimana, además de religiosos hutus y belgas, implicados en la logística de la barbarie, fueron enjuiciados y condenados ejemplarmente.

Pero sí en Ruanda la emisora Milles Colline sirvió de instigador activo para la concreción del genocidio, en el caso de Libia, los medios privados del mundo a nivel de agencias y grupos - liderados por Prisa, Planeta, EFE y Fox, entre otros - no sólo han hecho parte de esta tarea de “exterminio humanitario” contra la mayoría del pueblo nacionalista y soberano de Libia, mediante diversos niveles de acción y actitudes que van, desde la indiferencia "humanitaria" de la noticia frente a los hechos, disfrazada de “imparcialidad”, hasta la ovación a la más horrenda masacre de los estados forajidos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), hecho en el cual la CPI da la puntada final, a este manto de inmoralidad.

A simple vista y memoria de la historia reciente, la inmoralidad de este tribunal agrede toda noción de justicia: el “fiscal” colombiano Luís Moreno Ocampo decidió obviar el informe oficial de la misma Unión Europea que precedió a la Resolución 1973 de la ONU, informe que señaló como las noticias difundidas por EFE, Fox y demás empresas vendedoras y manipuladoras de noticias, las cuales daban cuenta de bombardeos en Trípoli contra la población civil, carecían de evidencias y no eran ciertas; pero sin embargo nuestro ilustre cómplice de los estados más poderosos y más canallas, se traslada a Benghazi el corazón de la insurrección armada que pretende imponer su voluntad sobre la mayoría del pueblo Libio, comprando ya no como verdad sino como dogma de fe, la versión de una de las dos partes en conflicto.

Para tan inmoral tribunal de la injusticia y la barbarie, a la altura de su dueño, la canalla organización de la OTAN, el concepto “población civil” cobija a la guerrilla Libia con base en la Cirenaica, la cual desde los primeros informes audiovisuales y gráficos, exhibe no sólo un armamento portátil de lujo por combatiente, sino también carros artillados, tanques y hasta aviación militar. Por eso los titulares internacionales de cualquier diario o medio cómplice con este crimen, los delata como impostores de una justicia que superó en sevicia a la Alemania Nazi, el apartheid surafricano o los casos de Ruanda y las Balcanes; y en el cultivo de la propaganda global deja a Goebels como un aprendiz si se mira el caso desde los enfoques mediáticos diarios:

El mismo día que el injusto fiscal de mi país expidió la orden de captura contra Gadafi, sus hijos y varios funcionarios de su gobierno, Abdulá Saleh en la vecina Yemen, concretaba como hoy 17 de mayo de 2011, un nuevo racimo de manifestantes asesinados y baleados, superando los 1000 muertos. El estado genocida de Israel en ejercicio de su derecho a poseer un apartheid y el campo de concentración de la Franja de Gaza, ordenó abrir fuego contra una manifestación desarmada de civiles palestinos asesinando a 21 de ellos.

Estos civiles se pronunciaba en conmemoración de la Nakba, es decir, el día de la debacle del pueblo palestino, cuando 700 mil de ellos fueron expropiados de sus casas y de sus tierras para crear el estado de Israel en 1948, con la bendición de la ONU y el apoyo de los judíos askenazis, dando lugar al estado sionista capaz de superar la ignominia de los campos de concentración de Adolfo Hitler y el apartheid de Petroria en la Franja de Gaza:

Un estado sionista que debió ser enjuiciado hace rato por las masacres repetitivas en Shabra, Shatila, Operación Plomo Fundido – hace unos años- los actos de piratería y asesinato sobre el barco de civiles Marmara de bandera turca, hecho replicado dos veces más, la más reciente ayer, cuando balearon en aguas internacionales, otra embarcación con ayuda humanitaria que iba con destino a la franja de Gaza , sin que los fiscales y jueces de la CPI digan esta boca es mía, pues todo esta canallada es patrocinada por la OTAN y por el papá de semejante maquinaria de guerra y sevicia: USA el líder de los estados forajidos de esta contemporaneidad.

Si esta CPI, ya no Corte Penal Internacional, sino Corte Penal de la Ignominia, tuviera algo de justicia por alguna parte; y no se destapara como el garante de un gigantesco apartheid como el de Sudáfrica, el de Israel en la Franja de Gaza o el sufrido por los mapuches en Chile, con una justicia discriminatoria y de doble rasero, el régimen de Bahréin que masacró una manifestación de civiles desarmados a punta de fusil, debía encabezar la lista más reciente de indiciados y de enjuiciados, sobre todo ahora cuando las denuncias por torturas y penas de muerte contra los disidentes son de conocimiento público internacional.

Pero no, para esta corte, darle alojo en el territorio nacional a bases de la OTAN o de USA, actúa como una suerte de comodín absolvedor, sea cual fuere el crimen que se cometa, la garantía de impunidad está garantizada. Jorgito Bush, José María Aznar y Tony Blair, debieran compartir celdas con Milosevic, Karadzic o sus colegas de barbarie de Ruanda, por los crímenes de guerra, lesa humanidad y contra el patrimonio cultural de la humanidad cometidos en las invasiones a Irak y Afganistán. Antes de proseguir con mis argumentos, no me queda más remedio que pedir disculpas como colombiano al pueblo soberano de Libia, por este triste papel cómplice de la barbarie, ejercido por un connacional como el señor Luís Moreno Ocampo, quien deshonra la decencia que debe acompañar a a la majestad de la justicia en todo momento.

Por ejemplo, los pilotos de la OTAN, los psicópatas que asesinaron al hijo menor del líder Libio y a sus tres niños - los nietos de Muhamar Gadafi- cuyos nombres en vida fueron, Saif Jr., Mastoura y Cartago, si la justicia tuviera algún esacio en este desmadre genocida que las empresas mediáticas transmiten como si se tratara de matar cerdos, gallinas o pavos, debieran ser entregados, enjuiciados y enviados con grilletes a los calabozos de esta racistas CPI, así como los otros criminales del aíre de la OTAN que asesinaron el lunes en otro bombardeo contra la población civil - que dicen proteger- a 11 imanes o sacerdotes musulmanes, como “daño colateral”, que la corte de la barbarie dispensa como pecado venial con una simple disculpa.

Los hechos más tozudos no podrían ser – como diría el senador Jorge Robledo en sus debates- esta Corte Penal Internacional, cuyas siglas CPI algún día ilusionaron a más de uno en el mundo, hoy se convirtió en la Corte Penal de la Ignominia. Olvidan estos ilustres señores de las armas disfrazados de civilización y las nuevas hordas ladronas de recursos naturales en pose de civilizados, que toda acción tiene su reacción, que más tarde que temprano, como le diría Omar el Mokthar el héroe beduino de la nación Libia que inspiró al Gadafi y fue muerto por los fascistas invasores de Mussolini en la sgunda guerra mundial: “ahora puedes matar mi cuerpo, pero volveré convertido en miles de manos vengadoras como las arenas de este desierto”. Y las arenas son los muyahidines clamando en venganza, lo que una justicia náufraga en civilización le niega, al juzgar a la víctima y ensalzar al victimario y que tiene el descaro de llamarlos terroristas en sus tribunales mediáticos.

Nicolás Ramón Contreras Hernández

CC.92.226.628 de Tolú- Sucre. Ciudadano Afrodescendiente Independentista de la Región Caribe en la República de Colombia.

RED INDEPENDENTISTA DEL CARIBE- OBSERVATORIO INDEPENDIENTE DE MEDIOS.

PD. Patético el hipócrita papel de Rusia y China, que actuaron como los modernos Poncio Pilatos de esta contemporaneidad, mandando a parar el genocidio que debieron deslegitimar con el veto en el Consejo de Malhechores de la ONU.