viernes, 24 de julio de 2009

Trincheras de Ideas

DEL POSIBLE MAGNICIDIO AL PRESIDENTE CHÁVEZ
(¿JAQUE MATE AL REY?) A UNA CONMOCIÓN CONTINENTAL


Humberto Gómez García

Ese magnífico revolucionario y consecuente amigo, el presidente nicaragüense Daniel Ortega y camaradas de la inteligencia salvadores (FMLN), alertaron a Chávez, cuando estaba a punto de salir rumbo a San Salvador a la toma de posesión del presidente Funes, de que en su contra se tenía preparado un intento de asesinato dentro de la propia capital salvadoreña, el mismo día de la toma de posesión del nuevo mandatario; un complot donde, sin dudas, la mafia criminal y terrorista que dirige el asesino Luis Posada Carriles desde Miami sería la ejecutora, pero cuyo centro político-militar lo constituye ese centro de instituciones del estado norteamericano como el Comando Sur-Colombia, la dirección Operaciones Especiales de la Dirección Nacional de Inteligencia-EEUU, la dirección de negocios de la Embajada de los EEUU en Venezuela y los integrantes venezolanos del llamado ‘Pacto de Puerto Rico’, conformado en el Puerto Rico colonizado el 9 de enero de 2009.
Ese intento de magnicidio –que muchos de los mismos actores criollos, como Globovisión, El Nazional, etc., tratan de ridiculizar y minimizar para tratar de evadir sus grave responsabilidad que con seguridad saldrá en las investigaciones que adelanta el gobierno de Venezuela y otros gobiernos amigos– formó parte, según nuestro punto de vista, del plan ‘Jaque Mate al Rey’, es una de las diversas variantes del subversivo y golpista plan que ya hemos denunciado en otros trabajos.
Sin dudas que tamaña monstruosidad –que se escapa, por su magnitud, de la iniciativa política de los grupos terroristas venezolanos, salvadoreños, cubano mayameros, colombianos, israelitas, españoles– sólo puede ser organizada y ejecutada por un gobierno como el norteamericano y las instituciones de ese Estado ya señaladas, utilizando, sin dudas, grupos paramilitares como ejecutores de lo que constituía un golpe político de gran envergadura y magnitud, que no sólo afectaría a Venezuela con la posible muerte de nuestro líder, el camarada presidente Hugo Chávez, sino que tenía, evidentemente, magnitudes continentales. Analicemos.
La posible muerte de Chávez, a ser volado el avión donde viajaba, ya en territorio salvadoreño, traería una enorme conmoción que hace presumir otros pasos del Plan ‘Jaque Mate al Rey’, como un intento de golpe de Estado contra el presidente Funes, es decir, no dejarlo tomar posesión, asesinarlo también si ello fuera posible, y crear un estado de conmoción donde el Ejército tomara el control de la situación.
Pero, debemos suponer, dentro del análisis, que cuando el presidente Chávez deja de tener públicas apariciones –del sábado 30 y 31 de mayo, 1º y 2 de junio– en Venezuela es porque se está preparando algo muy gordo por parte de la contrarrevolución y se han disparado las alarmas de inteligencia y de seguridad del Estado venezolano y el presidente se aboca a descubrir todos los hilos del complot.
Imaginemos un instante la muerte de Chávez. La derecha fascista toma la iniciativa para tratar de contrarrestar la acción de las masas que en poco tiempo se encendería el país como un volcán, sobre todo en Caracas y el área Metropolitana, Miranda, Aragua, Carabobo, Vargas, Oriente, Zulia, etc. Las policías de los municipios y estados controlados por la contrarrevolución, los grupos y unidades paramilitares extranjeras que esperan para actuar, la presión en determinadas unidades militares que suponen se les unirán, para contrarrestar que el pueblo asuma el poder originario nuevamente, como el 12/13 de abril de 2002. A ello se agrega la convocatoria por parte del gobierno colombiano o del mismo gobierno norteamericano de la OEA, porque hacia allí también estaría dirigido el complot.
Después de la toma de posesión del presidente Funes, estaba planteada la reunión extraordinaria de la Asamblea General de la OEA con la presencia de los cancilleres de cada una de las naciones miembros del organismo regional, cuyo objetivo principal, como en efecto ocurrió, era levantar la infame sanción que contra Cuba se tomó en 1962 donde se la excluyó, por estrictas razones políticas e imposición imperial.
Si asesinan al presidente Chávez, impiden que Funes tome posesión del cargo o lo asesinan, buscan crear un estado de excepción en Venezuela y en El Salvador mismo ¿se iba a dar la Asamblea General de la OEA en Honduras?
Obviamente que no, cambia la situación en 180 grados, probablemente ni siquiera se hubiese podido reunir, los gobiernos llamarían a sus cancilleres y representantes. Una Asamblea General Extraordinaria podría ser llamada, como se dijo por Estados Unidos o sus países lacayos: Colombia, México, Perú, las naciones más derechistas del continente y solicitar una intervención militar; es decir, el viejo plan intervencionista del sátrapa Bush, reeditado ahora con el empuje del Plan ‘Jaque Mate al Rey’. El ejército yanqui tomaría la iniciativa intervencionista y algunos países dóciles pondrían algunas unidades militares para guardar las apariencias. Simultáneamente se pondrían en acción las fuerzas fascistas que en la llamada Media Luna boliviana tratan de fracturar a Bolivia o el derrocamiento de Evo Morales, como lo intentaron hace poco.
Indiscutiblemente que la contrarrevolución fascista radicada en Venezuela, o venezolanos radicados en los EEUU, Costa Rica, España, Colombia, Perú, tuvo un papel estelar en la elaboración del siniestro plan magnicida, en su estructuración e, incluso, ejecución. Varios nombres han salido a relucir a través de los medios, nombres de conspiradores de vieja data, del golpe de Estado de 2002 y otras acciones subversivas posteriores. Alejandro Peña Exclusa es uno de esos personajes siniestros. Radicado por varios meses en San Salvador, dizque haciéndole campaña al candidato de Arena, ¡mentira!, estaba armando el plan conspirativo, jugando el papel que le fue asignado, porque ellos sabían que el FMLN y Funes ganarían las elecciones. Pero, ¿no están en Costa Rica el asesino Henry López Sisco, el golpista vicealmirante Molina Tamayo y otros, y se pueden ir prácticamente casi que caminando a El Salvador? ¿Y la siempre muy activa conspiradora fascista Patricia Poleo, desde su cueva de Miami, aliada de Posada, coordinando acciones del atentado? ¿Y los desplazamientos clandestinos de González González y otros especimenes ex militares que no cesan de conspirar, hacia Centro América y están involucrados en el plan de magnicidio hasta los teque teque, como lo está Globovisión y su director Alberto Federico Ravel, Mezerhane, Zuloaga y otros personajes y grupos políticos? Un conjunto de ex militares, golpistas todos, terroristas, se reunieron recientemente en Miami con el siniestro Posada Carriles y formaban parte del plan conspirativo del magnicidio, entre éstos estaban el coronel del ejército Gustavo Díaz, efímero edecán del brevísimo Carmona Estanga, el capitán traidor de la Guardia Nacional Javier Nieto Quintero, vinculado en el 2004 a un caso de paramilitares colombianos, y el teniente José Antonio Colina Pulido, responsable de atentados con bombas contra oficinas diplomáticas de España y Colombia en Caracas en 2003.
Si se le hace un recuento a los artículos de opinión de medios escritos como los trabajos del panfletario Bocaranda, entrevistas de TV (Giusti) y radio (Unión Radio, etc.) de voceros de la derecha se podrá leer o apreciar el entrelineado golpista de muchas de esas opiniones vertidas días antes del día D del magnicidio, que hablaban de que se acercaba el fin de la grave situación que vive Venezuela y expresiones similares. Estamos, entonces, en presencia de un plan golpista en pleno desarrollo, con sus códigos periodísticos, creando condiciones y matrices de opinión.
Indudablemente que el hipócrita gobierno del presidente Obama sabe todo eso. Es imposible pensar que el presidente norteamericano no esté al tanto de toda esa trama montada por Bush y que él heredó y le dio continuidad. No es posible que los organismos de seguridad norteamericanos no supiesen que el terrorista Luis Posada Carriles coordinó y dirigió desde Miami a su bandas de asesinos estacionados en San Salvador o que cuadros terroristas venezolanos viajaran a ese país, en coordinación con el matón Posada ¿por qué no actuaron los organismos de seguridad norteamericanos? ¿Quién proporcionó los lanza cohetes y los cohetes tierra-aire y todo el dispositivo bélico conque los terroristas volarían el avión donde iba Chávez y su comitiva y asesinarían a dirigentes revolucionarios salvadoreños y de otros países? ¿Elementos del gobierno salvadoreño saliente, la CIA, Israel…?
Todas esas y otras interrogantes deberán ser contestadas con la investigación y apresados los conspiradores, que no se repita un nuevo e infamante capítulo de impunidad que tanto daño le ha hecho a Venezuela y a su proceso revolucionario. (07/8-06-09) (humbertocaracola@gmail.com)