Tienen
razón para estar muy molestos con el rostro de Bolívar: Este es un Bolívar
participativo y protagónico
Por Martín Guédez
La oligarquía está muy molesta con el trabajo realizado por
el gobierno revolucionario para mostrar el rostro más humano de Bolívar ¡No es
para menos! Dos de las más grandes estrategias que la oligarquía ha usado a lo
largo de la historia corren serio peligro de venírseles al suelo. Veamos:
a)
Convertir en símbolos sin contenido vivo y real
los signos preñados de esperanza forjados por los mejores hijos de la humanidad
a todo lo largo de la historia. El signo anuncia y contiene. El símbolo
representa pero no porta la esencia de lo representado. La nube es signo de
lluvia, anuncia agua y la contiene. La bandera o un retrato de Bolívar son
símbolos patrios, representan la Patria pero no la contienen. Como su democracia burguesa que representa
pero no contiene, porque está vacía de contenido. Apropiarse de los signos
hasta hacerlos inalcanzables o irreconocibles para el común de la gente forma
parte de la estrategia dominante. De Jesús –por ejemplo- destacar su poder
sobrehumano, su condición de poderoso Dios al que es inútil imitar porque está
fuera del alcance de la emulación: milagros, acciones maravillosas, etc., etc.
Ejemplo: Acentuar el poder en la multiplicación de los panes pero invisibilizar
el mensaje extraordinario y subversivo de organizar y repartir con justicia los
panes del colectivo porque con eso bastaría para acabar con el hambre en la
tierra hoy mismo y eso es intolerable para sus intereses. A Bolívar –luego de
haberlo asesinado, como a Jesús- convertirlo en estatuas de bronce,
gigantescas, admirables, inalcanzables, hieráticas, todo menos humanizarlo. Lo
han hecho con Jesús por milenios, con Bolívar por doscientos años y ahora lo
hacen con el Che al que ellos mismos asesinaron. No es extraño que lo estén
convirtiendo en “su” héroe de franelas, gorras y cuadros pero amansado e
inimitable todo es cuestión de mercado. b) Apropiarse de estos signos de resistencia humana es la otra estrategia. Convertir a Jesús por la vía de estampitas, estatuas y ritos en un catire de ojos azules, de cabellos rubios que para nada guarde parecido con su raza de origen. Jesús jamás pudo haber sido como lo presentan las oligarquías. Jesús fue un semita, un palestino y con absoluta seguridad debió haber sido moreno de pelo ensortijado, pero ¡claro! Eso habría significado un Jesús que no era de ellos y como ellos ¿No se han fijado –por ejemplo- que, tal como nos dice Andrés Eloy Blanco, no hay angelitos negros de modo que todos son catiritos de ojos azules y piel blanquísima? Con Bolívar ha pasado exactamente igual. En todas sus imágenes y retratos ponen particular esmero en acentuar sus rasgos caucásicos, su nariz perfiladísima, todo lo necesario para que Bolívar sea, sin el menor margen de error, uno de ellos. Importa poco si el “nudo de las Marín” es prueba suficiente para inferir que por la venas de Simón corría sangre mestiza. Nada importa con tal que les sirva a sus intereses.
Así son las cosas compatriotas. Este Bolívar que nos
presenta un rostro como el tuyo o el mío, o como el de tantos otros que caminan
por las calles y los campos de nuestra Venezuela les duele. Este Bolívar sin
rasgos angelicales e inalcanzables, perfectamente emulable y de los nuestros
les duele. Este Bolívar nosotros les duele tanto o más que aquel rostro nuestro
que rompió la armonía caucásica de las pantallas de los televisores aquel 4 de
febrero de 1992. Este Bolívar, que en el fondo es el mismo, el de siempre, el
nosotros, les duele infinito. Hace ratico que este Bolívar está haciendo algo
que tanto hicieron por impedir y lo está haciendo de la mano de Chávez y Alí
Primera: pasear por las calles de nuestros pueblos, vivir y encender con su
mirada la llama sagrada de nuestra gente y eso les duele ¡CÓMO LES DUELE!
¡BOLIVAR VIVE, LA LUCHA SIGUE!
¡LES DUELE!