lunes, 3 de diciembre de 2012

PORQUÉ VOTAR POR ELÍAS JAUA MILANO




Miguel Ángel del Pozo

Primeramente, debemos precisar que hemos decidido ejemplificar la candidatura de Elías Jaua como norte para poder argumentar sobre todas las candidaturas del PSUV a las gobernaciones en estos precisos momentos históricos de cambios revolucionarios en base al programa aceptado y votado en las pasadas elecciones presidenciales del 07 de octubre, próximo pasado, cuando el Comandante (Chávez Frías) arrasó, literalmente, ganándolas con un porcentaje de votos indiscutibles (claro!, si usted no es de oposición). Hemos considerado a Elías Jaua como ejemplo a seguir por todos y todas los candidatos por su constancia al trabajo, por su objetividad en asumir las futuras responsabilidades que tendrá que enfrentar vista la desidia del actual gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, por su diálogo con todas las comunidades del Estado Miranda escuchándolas en sus necesidades y angustias hablándolas con la verdad por delante, sin medias tintas, sin tapujos, sin ilusionarlas, y conminándolas a asumir sus propias responsabilidades frente a la “nueva política Chávez” que significa, en última instancia, una etapa más de la Revolución Bolivariana. Elías Jaua probablemente tendría una ventaja sobre Capriles Radonski que al ejercer como Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha demostrado capacidad para asumir responsabilidades nacionales, madurar como ejecutivo del Poder Ejecutivo y, en nuestro modesto criterio, convertirse en un “hombre de Estado” cuando al conocer las “políticas de Estado”, las asumió con objetividad trabajando “codo con codo” y respeto con el Comandante (Chávez Frías).
Al aceptar que nos encontramos inmersos en una otra etapa de ésta, nuestra Revolución, diferente a todas las anteriores por su carácter y praxis democrático participativo en el marco del juego político que nos impone el Estado capitalista-burgués como paso obligado hacia las transformaciones profundas de ese Estado hacia el Estado socialista según nuestras propias características histórico-social-económicas, debemos poder caminar en las historias que nos han traído hasta estos importantes momentos históricos inevitables para los revolucionarios. Es verdad que sectores revolucionarios han decidido asumir responsabilidades propias con respecto a las candidaturas a algunas Gobernaciones; ello, aún que guste y/o disguste, es democrático y como tal se debe asumir; pero lo importantes sería analizar de donde venimos y hacia donde nos dirigimos no solo en lo temporal-histórico sino en el profundo conocimiento de las diferentes etapas con sus escollos obligados, tanto de oposiciones de las tradicionales derechas como de decisiones de izquierdas. Ello es lo hermoso de esta Revolución que es democrática y participativa.
¿Cuándo comenzó ésta otra etapa revolucionaria? Nos, como historiadores, nos vamos a permitir algunas frases cuales no significan que tengan que ser aceptadas pero sí, podríamos suponer, discutidas. Conversando en reciente fecha con un buen amigo y camarada nos describió, cortamente, cómo el pueblo caraqueño había salido a la avenida México a asaltar el edificio de la Seguridad Nacional, tiempos de la caída del dictador Pérez Jiménez. Es, quizás y probable, que aquella acción sico-social y sus expresiones hayan impactado el carácter revolucionario en la siquis de aquellos actores cuando don Rómulo Betancourt decidió imponer sus tesis de “capitalismo de Estado” social-demócrata; ello sin negar las participaciones de cuadros revolucionarios motivados por un “buen vivir viviendo”. Seguramente, también, alguna influencia hayan tenido aquellas clases culturales que algunos presos impartían en las cárceles de la Dictadura perejimenista a cuadros de Acción Democrática según nos comentara “la institución de la UCV”. Probable que cuadros de aquel conjunto partidario seguidores de don Jóvito Villalba asumieran la Patria como futuro con futuro de profunda independencia negando toda “dependencia” de lo tradicional-petrolero con el norte. En fin, la Historia de la otra etapa en la Revolución Bolivariana pareciera que contiene muchas etapas a analizar pero ello ha implicado la permanente renovación de cuadros revolucionarios que se han ido incorporando a esa otra Revolución Nacional e Histórica referida.
Los hechos históricos de la avenida México se desarrollaron con y sin influencias externas pero sí se desarrollaron según nuestras propias realidades y decisiones políticas aún equivocadas en ocasiones. Cabría preguntarse ¿muchas equivocaciones? Pues sí, muchas pero que permitieron ir madurando una etapa de la Revolución en el marco de la propuesta del Estado burgués y capitalista que don Rómulo nos había impuesto cuales conllevaron a decisiones en quienes se oponían a asumir profundas responsabilidades en accionares que conllevaron a “dar un salto adelante” que obligaron, necesariamente, a “dar saltos de retroceso”. Tiempos posteriores, algún auto-calificado como “comandante”, en conversación privada, en lejanías tormentosas, nos comentaría, en el marco de un proceso revolucionario según sus propios escenarios en diseño, sobre las necesidades de conformar y formar nuevos cuadros revolucionarios cuando el “socialismo real” comenzaba a entrar en su propia crisis estructural y Moscú comenzaba “a extrañar” cuadros revolucionarios que comenzaban a repensar “el socialismo”. Eran tiempos de asumir realidades y de reconstruir el “movimiento revolucionario” con más y mejores características venezolanas. En la UCV, en sus predios, comenzaron sus andares nóveles juventudes con motivaciones sustentadas en esperanzas según las nuevas reglas. Celebramos la muerte del Dictador Franco, nos montamos en la locomotora y el tren cuyos mandos empuñaba con “firme mano” José Vicente Rangel, eran tiempos de gloriosas esperanzas de izquierdas renovadas. Aquello era impactante el ver y disfrutar la capacidad de movilización urbana que asumía la “nueva esperanza”. La avenida Bolívar así lo demostró. Pero el sistema capitalista-burgués tiene y maneja sus propios tiempos e intereses ideológico. El gobierno burgués asumió sus propias debilidades ante tal marejada revolucionaria y sin miedo ni temor comenzó a socavar las bases nacientes de aquel movimiento revolucionario. Pero la “semilla revolucionaria” ya estaba sembrada e iba a “calar hasta los tuétanos” en los otros nóveles cuadros que, mejor preparados, estaban en actitudes y dispuestos a “ganar el cielo” para la Revolución Bolivariana. En ese orden de ideas, el 27 de febrero no se hubiera convertido en un “hecho histórico” y “bisagra de cambios profundos y revolucionarios” sin la participación de esos nóveles cuadros revolucionarios “templados en la lucha”.
Pero esa juventud novel también tenía sus espacios de crítica en los sectores militares. A ellos les corresponde describir, en profundidad, sus propias angustias y experiencias además de las ya adelantadas por el Comandante. En ese orden, entre aquel 27 de febrero y la decisión de “romper cadenas” del 4 de febrero-militar, la “democracia en la calle” expresaba las angustias de las sociedades invisibilizadas, desclasadas, ignoradas y, porque no escribirlo, rechazadas; estaban presente en las mentalidades burguesas sociales el mayamerismo, el rechazo a las etnias, el desconocer a quienes habían dado todo por la Patria con sus cotidianos trabajos, el reírse de las nuevas modalidades revolucionarias y, por último, el profundo desconocimiento de la profunda “crisis constitucional”. Frente a esas realidades seguían surgiendo en experiencia revolucionaria de calle los y las nóveles revolucionarios como, por ejemplo, Elías Jaua Milano. Semilla de futuro.
Entramos en una nueva realidad revolucionaria tanto nacional como en el plano internacional. El año 2013 será el año de “profundas crisis” mundiales que debemos asumir con responsabilidades objetivas. Las elecciones a las gobernaciones son fundamentales para, en estructura de conjuntos, se alcancen los necesarios equilibrios que requiere el desarrollo del Estado socialista-comunitario.