lunes, 10 de diciembre de 2012

LATINOAMÉRICA ESTÁ ARDIENDO



(Comandante Fidel Castro dixit)
Miguel Ángel del Pozo

El Comandante (Chávez Frías) no deja de asombrarnos a “tirios y troyanos”. Apareció cuando menos lo estábamos esperando justo cuando la oposición y los escuálidos (debemos desde ahora separarlos) estaban con elucubraciones a millón. Marciano lo escribió en su columna: “Piedra de Tranca”, de los días viernes en VEA titulando el texto: “Danza macabra” (VEA. Caracas, 7 de diciembre, 2012, pág. Editorial 7). En realidad no tiene importancia más allá de que la noticia recorrió “esa nave” que Walter Martínez nos enseña en los albores de la nocturnidad. Ello significa que el Comandante y el Comandante venden prensa y rating. Así es el mundo capitalista donde vivimos: absurdo de toda absurdidad (aparentemente).
Debe haber una razón para tanta “preocupación” por las saludes de ambos líderes revolucionarios: Fidel Castro y Hugo Rafael Chávez Frías. Ella, quizás, se deba a que ambos son los políticos incómodos de la modernidad y, para gustos de todos y todas, de la post-modernidad. ¿Por qué? Pues ambos son la imagen de esas realidades ya no utópicas que han convivido, históricamente, con las sociedades latinoamericanas desde “sabe Dios cuando”. Por ejemplo, podríamos preguntarnos porqué Nerón persiguió a los cristianos con tanta saña. También inquirirnos porqué de aquella Cruzada de los niños para llegar a ningún lugar. Saltando la Historia podríamos imaginar los ruidos en Las Tullerías de París de Francia y/o los fusilamientos expresados en aquel cuadro de Goya y la de los campesinos y citadinos rusos en los albores de la Revolución Bolchevique y los asesinatos de miembros del partido comunista chino en abril de 1927 en Shanghai por los soldados del anti-comunista Chiang Kaishek apoyándose en las mafias verde y blanca. Esos acontecimientos también tuvieron sus líderes, sus idearios, sus aspiraciones y esperanzas, sus ambiciones como seres sociales, sus utopías caminando hacia realidades concretas dejando atrás filosofías y teologías del imaginario no temporal. Fueron realidades históricas de la Humanidad que se expresaron “empujando” las perfectibilidades de las utopías sociales, de las aspiraciones de la Humanidad en la Tierra para expresarse en los tiempos temporales-históricos. Pero porqué de tanto interés por las realidades de ambos Comandantes expresadas por los intereses capitalistas, nos preguntaría alguna persona con ingenuidad inculta políticamente. ¿Qué los hace diferentes a los otros líderes políticos del establishment actual?
Comencemos por exponer, en nuestro criterio y responsabilidad, que en la casi totalidad de la segunda mitad del siglo XX, el Comandante Fidel Castro ha sido el político que más ha impactado al capitalismo como expresión temporal-histórica. Fidel se enfrentó a la salida del siglo XIX triunfando y ha sostenido la dignidad de los pueblos latinoamericanos a pesar de todas las expresiones  político-temporales en contra de los derechos históricos de los pueblos que se han manifestado al sur del estado de la Florida (EEUU de América). ¿Es duro escribirlo y/o es muy duro pensarlo? Debemos asumirlo como realidad socio-histórico-latinoamericana tanto por “tirios como troyanos”. Pero los tiempos humanos y terrenales no perdonan y las realidades temporales se expresan cuando los pueblos se expresan en sus utopías (aspiraciones como ser social, individual y como colectivo). Apareció Hugo Rafael Chávez Frías para asumir la responsabilidad de llevar la “antorcha de la dignidad” latinoamericana en realidades temporal-latinoamericanas y en los tiempos de crisis del capitalismo global porque sí nos retrotraemos a los comienzos de Chávez Frías, el capitalismo global comenzaba a exponer sus propias debilidades ya no temporales sino estructurales (es obligado reflexionar entre la temporalidad de la crisis y la crisis estructural del sistema capitalista). Hugo Chávez se manifestó con una tal fuerza telúrica que “empapó” de dignidad a un pueblo subsumido por las nuevas realidades sico-sociales que se desarrollaban en aquella neo-dependencia washingtoniana buscando la  “aspiración a la esperanza socio-histórica inconsciente”. Difícil tarea, difícil campo de batalla; era asumir las realidades del combate contra la “involución humana”; era exponer las realidades des-humanizadas del capitalismo neo-liberal; era comunicar que “no más Operación Cóndor”; era hacer realidad la “unidad cívico-militar”. Tiempos modernos revolucionarios.
Cuando reflexionamos de las durezas de los tiempos de guerra de guerrillas tanto en la Patria como allende nuestras fronteras quizás podamos reconocer que “el muro era alto y la roca sólida” para su “derrumbe total”; eran tiempos de incertidumbre intelectual y de praxis política; eran tiempos de objetivar realidades cuando las derechas nos decían que la Historia había llegado al llegadero. Eran tiempos de angustia y desolación. La “democracia en la calle” no era suficiente. La plaza de las Tres Gracias se quedaba pequeña pero había y era necesario buscar salir del cul-de-sac al cual nos habían llevado inteligentes políticas socio-económicas de dependencia capitalista por la globalidad en el marco de aquella nueva “división del trabajo” según dos objetivas variables: la globalidad económica y el neoliberalismo capitalista (aunque y/o porque suene a redundancia). Ese era el mundo que encontró en su camino Hugo Rafael Chávez Frías. Triunfó sobre el mal sico-social del capitalismo en su circunstancia y por ello que Fidel Castro en aquel discurso en la Universidad habanera lo llamó Comandante. Los rangos se ganan a pulso y en la praxis.
En ese contexto y en reciente fecha, el Comandante Fidel Castro le “soltó” esa frase de despedida en el aeropuerto cubano antes de su regreso a la Patria para conversar con su pueblo. Nos imaginamos la escena: “…Hugo, Latinoamérica esta ardiendo…” No son aquellos momentos de los años 60 ni 70 ni 80; son los “tiempos modernos” del siglo XXI. Es la realidad en frase del escenario de la Segunda Independencia. Es el impacto de las teluridades chavistas expresadas al sur del estado de la Florida y allende nuestras realidades latinoamericanas. Es una frase de un peso político que ya está “trayendo cola”. La sabiduría de quien ha caminado 10 mil li y ha leído 10 mil libros expresada en una sola frase. Es el delirio y el juramento en una sola frase. Es la responsabilidad de “tirios y troyanos” para “comulgar” por el futuro que se le está negando al “viejo continente”. Es la realidad que impone los cambios históricos. Es la paz y el progreso continental americano. Es lo inevitable.
Pero en la cotidianidad latinoamericana ¿Qué significa que América Latina esté ardiendo? Debemos reflexionar con la seriedad y objetividad necesarias para evitar “males mayores”. Es la realidad que se está expresando en permanente contradicción entre Washington y las sociedades de América Latina; es decir, el continente americano tiene dos (2) caminos a recorrer: la paz y/o la permanente alteración social en profunda crisis. América Latina no es la Europa de los años 30 y Venezuela no es la España del 36. Es la realidad que las derechas continentales deberán asumir con responsabilidad histórica. Hugo Rafael Chávez Frías es el líder continental que expresa: dignidad, Historia Latinoamericana, humanidad, esperanza, teluridad, orgullo de ser latinoamericano, es socialismo, es realidad tangible y los pueblos y sociedades latinoamericanas lo saben y lo sienten.