lunes, 10 de octubre de 2011

Nuestro Querido Che.

Nuestro Querido Che.

Por William Mantilla

Comandante de nuevo recordamos aquella terrible noticia cuando te capturaron vivo los esbirros de aquel pueblo boliviano, para entonces sucursal de la agencia central de inteligencia.

Nadie en el mundo daba por cierta tu captura; el Che en manos del enemigo era demasiado hombre para aquellas hienas sedientas de sangre. Pero en verdad cuando las primeras imágenes se divulgaron al mundo supimos que era cierto. Allí te tenian cual Cristo encadenado rumbo al sacrificio porque la orden dada por el imperio era clara, matar al Che lo mas pronto posible.

Cuanto miedo cuanta confusión, cuanta cobardía desbordaban los que te capturaron. Jamás vieron tu rostro, mucho menos tus ojos; esos ojos negros llenos de ternura, de amor y tristeza por aquellos que te llevaron al sacrificio. Ni un solo grito de dolor te arrancaron a pesar de tus heridas que como a Cristo llenaron tu cuerpo aquellos canallas esbirros de la historia. Cuanto miedo les provocabas Che a pesar de estar amarrado y rodeado de centenares de hombres armados, un solo hombre, prisionero de muchos soldados nerviosos y vacilantes quienes temblorosos apuntaban sus armas sobre tu inmensa y legendaria figura de comandante dispuesto a enfrentar la muerte sin pedir clemencia a tus indignos verdugos.

Vaya Che con que decoro confrontastes a tus enemigos en ese espacio reducido de tu cautiverio que aquellos generales bolivianos condecorados con medallas de latón, hombres indignos de aquella Bolivia sometida al imperio del norte, no fueron capaces de acercarse a ti y mucho menos fueron capaces de soportar tu mirada de hombre revolucionario, quizá le temían a tu grito de guerra de “Patria o Muerte”. Comandante eterno e inmortal, como se equivocaron los que creyeron cobardemente que matando tu cuerpo, escondiéndolo y sepultándolo apresuradamente mataban al “Che”, no camarada, cometieron el error de resucitarte mas rápido que al mismísimo Cristo y desde ese momento y hasta la eternidad los humildes de Bolivia y del planeta gritaron y aun gritan con fuerza comandante inmortal “Hasta la Victoria siempre”.

Comandante amigo, hoy mas que nunca los pueblos del mundo se movilizan contra el imperialismo y las burguesías apátridas, y allí, en cada una de esas manifestaciones estas tu con tu hidalguía y tu querida presencia, acompañando las luchas de resistencia, combatiendo la injusticia, la opresión. Tu figura inmortal siempre en la primera línea de combate contra el neoliberalismo, hoy mas que nunca estas presente en las luchas de los sin tierra, en las luchas de los estudiantes chilenos, en esa inocente pero valiente juventud que se levanta contra la privatización de la educación y por los cambios estructurales en la noble patria de los también inmortales Salvador Allende y de Pablo Neruda. Allí estas Comandante también en la Europa insurgente que se levanta contra el capitalismo salvaje; allí estas comandante amigo en el medio oriente acompañando a los jóvenes y niños que luchan heroicamente por una Palestina integra y libre, y contra las monarquías árabes traidoras, allí estas Che en la sufrida África tu amado continente, allí estas con tus soldados de la dignidad enfrentando al imperio, a los mercenarios y a los cobardes genocidas de la OTAN.

Comandante amigo hoy viernes 7 de octubre no celebramos tu muerte, sino el “Día del inmortal Guerrillero Heroico”, por eso que oportuno es recordar la estrofa de nuestro padre cantor Ali Primera: “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”, y es que tu vives en cada lucha, en cada trinchera en cada peñonazo Palestino contra el opresor sionista; en cada bombazo de los pueblos que luchan contra el imperialismo en cualquier confín del universo. Y ahora comandante amigo que grande eres, hoy te apareces con tu legendaria figura en el mismísimo corazón imperial acompañando al digno pueblo norteamericano, al luchador y soñador pueblo de Walt Whitman que enfrenta a los señorones de Wall Street. ¡Ay! que miedo sienten hoy los cobardes al oír tu nombre en las consignas y ver tu inmensa figura en las pancartas y pendones de los humildes, ni las bombas lacrimógenas, ni las balas, ni los tanques de agua, ni la brutal represión pararan a esta inmensa masa anónima de hombres y mujeres “que ha comenzado a andar y tu grito de rebelde no parara mas”.

¡EL CHE VIVE CARAJO! ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!