Miguel Ángel del Pozo
En nuestra modesta opinión, consideramos que el PSUV está
equivocado cuando acusa a Henrique Capriles Radonski (HCR, de ahora en adelante) de ser y actuar como “fascista”. Expresamos que el PSUV está
equivocado en elevar esa acusación porque, en última instancia, desde los
paradigmas de la “democracia
participativa”, el señor HCR está en su “pleno
derecho” de “ser, expresar y
comportarse” como “un fascista”;
ese es su problema; en ese escenario, sabemos que el Estado de Derecho y las
leyes venezolanas sabrán como actuar en concordancia.
Debemos recordar que Venezuela, en su Historia Patria, no
había sufrido la praxis del fascismo hasta el “Golpe de Abril” (2002) y, en aquellos momentos, a posteriori del “regreso de nuestro Comandante”, es
decir, a posteriori del 14 de abril de aquel fatídico año (2002), la Asamblea
Nacional no se avocó a discutir y aprobar una ley que prohibiera las
expresiones político-violentas tan “naturales”
en y de las praxis del fascismo como expresión político-ideológico-cotidiana
con consecuencias económicas y militares (como
piense cada quien es un derecho natural aún cuando nos consideremos que estén
equivocados); en ese marco referido, conocemos que, por ejemplo, en Austria
y Alemania, según su marco jurídico-legal, hay leyes expresas y precisas
prohibiendo expresiones públicas socio-políticas del fascismo/nazismo con
condenas de cárcel (En España el
falangismo, hasta donde entramos en conocimiento, su expresión político-legal
no está prohibida por ley); es decir, sí podemos y debemos acusar
política y públicamente a HCR de “ser en
su esencia fascista” y comportarse
como tal así como también a “su combo
político”, independiente de sus ideologías, cuales se conjugan en la MUD,
porque, ante las expresiones político-terrorista-fascista-nazista de HRC, han
asumido aquel refrán de “…quien calla, otorga...”.
También está equivocado el PSUV cuando no demuestra,
metodológicamente, su tesis sobre el “hecho
conocido y aceptado” tanto por la sociedad cívico-militar y el poder
popular en el marco de la democracia participativa que el señor HCR es fascista-militante, en “cuerpo y alma”; es decir, el PSUV,
objetivamente, sí expresa las verdades político-ideológicas sobre el comportamiento
fascista de HCR pero no todas las verdades paradigmáticas de “su fascismo” [de HCR]. Nos referimos, por
ejemplo, que el PSUV, aún, no ha resaltado la importancia del lenguaje corporal
de HCR tan igualmente parecido al del líder de la expresión fascista-nazista,
Adolf Hitler, como lo podríamos comprobar en cualquiera de la documentación fílmico-histórica
cual, en su análisis, bien podría analizar el Centro Nacional de Historia y su
importante y profesional equipo de historiadores.
Pero vayamos al principio histórico de la expresión político-histórica
fascista en nuestro país, Venezuela, en el marco del proceso revolucionario, la
Revolución Bolivariana Socialista, bajo la responsabilidad ejecutiva de nuestro
Comandante en Jefe y Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, en sus tiempos
históricos [en las actuales
circunstancias se repiten bajo la conducción ejecutiva de Nicolás Maduro Moros],
cuando en conclusión de un proceso político-ideológico-social-económico, los
fascistas llevaron a nuestra nación, Venezuela, al “Golpe de Estado de Abril” (2002); es decir, nos consideramos que
el verdadero fascismo en Venezuela y fascismo venezolano y “no venezolano” [nos
referimos a las participaciones del gobierno español bajo la dirección de José
María Aznar] se manifestó en ese movimiento político-social-militar que se
expresó en el mes de abril referido (2002)
y no con aquella histórica acusación que salió de las filas del partido Acción
Democrática (AD) cuando acusaron a
Rafael Caldera y los diferentes líderes políticos que se adscribían al partido
COPEI de ser y comportarse como fascistas. En el marco de ese mismo contexto,
podríamos aceptar que el COPEI de sus inicios se expresó como un partido con “rasgos falangistas” sustentando sus
marcos ideológicos referenciales en la encíclica “Rerum Novarum” según se
acordó en el Congreso de Roma.
El proceso ideológico que nos consideramos como “el proceso fascista” comenzó en
Venezuela aún antes del triunfo de Hugo Rafael Chávez Frías en el marco de aquellas
elecciones presidenciales del año 1998. Durante todo ese año referido los
artículos escritos tanto por Manuel Caballero (q.e.p.d.) como por José
Rodríguez Iturbe, ambos, columnistas de El Universal estaban, inteligentemente,
dirigidos a socavar las adhesiones hacia el Comandante Chávez Frías que se
comenzaba a expresar como líder político candidatural de aquellos sectores de
la sociedad que no creían en las propuestas políticas adeco-copeyanas, aquellos
sectores sociales que expresaban sus diferencias y oposiciones a las promesas y
las políticas socio-económicas que se impulsaban desde el gobierno de Rafael
Caldera como conclusión histórico-gubernamental de la decadencia histórica de
la democracia representativa fundada por don Rómulo Betancourt en el marco del “Pacto de Punto Fijo”. Debemos
precisar que mientras Manuel Caballero mantuvo su tesis política por escrito anti-Chávez
en los tiempos posteriores eleccionarios cuando fue elegido Chávez Frías como
Presidente de la República de Venezuela según y en el marco constitucional de “la moribunda Constitución” de la 4ta.
República, Rodríguez Iturbe, repentinamente y sin explicación alguna por parte
del órgano de prensa arriba en referencia, su columna desapareció de El
Universal. ¿Fueron Manuel Caballero y José Rodríguez Iturbe los ideólogos del
incipiente fascismo en Venezuela según los paradigmas fascistas que se
incubaron en España post-franquista gracias al Partido Popular español y su aún
y actual líder, José María Aznar y, en tiempos actuales, en el marco ideológico
que está impulsando Mariano Rajoy? Tema a seguir en su análisis
histórico-ideológico. Ahora pasemos al “Golpe
de Estado de Abril” (2002).
Al entrar en el tema teórico del “golpe de estado”, cualesquiera se planifique, conozca, desarrolle
en país alguno, por razones de metodología, nos permitimos sugerir las
siguientes lecturas: Curzio Malaparte: “Técnica
del golpe de estado”. Sunzi: “El arte
de la guerra”. Gabriel Naudé: “Consideraciones
políticas sobre los golpes de Estado”. Nicolás Maquiavelo: “Del arte de la guerra”. Sobre el tema
político-ideológico consideramos interesantes: Dante Alighieri: “Monarquía”. Slavoj Zizek: “¿Quién dijo totalitarismo”. Helmut
Dubiel: “¿Qué es neoconservadurismo?
María Carolina Ferraris: “Entre la utopía
fascista y el pragmatismo (Ideología y Economía en el franquismo 1945-1970)”.
George L. Mosse: “La nacionalización de
las masas”. Emil Ludwig: “Tres
dictadores: Hitler, Mussolini y Stalin”. Ian Kershaw: “Hitler, 1936-1945”. Corey Robin: “El miedo”. Solo una corta bibliografía para que podamos demostrar
porqué Henrique Capriles Radonski es fascista en todo su esencial sico-post-natural
[nos, intelectualmente, dudamos que la
praxis fascista de HCR se sustente en lecturas acordes a esa ideología lo cual
lo hace aún más peligroso por la expresión pragmática del fascismo-nazismo
según la Historia Contemporánea].
Debemos precisar que HCR no asumió la ideología fascista
cuando militaba en una organización religiosa de ultra-derecha. Nos
consideramos que, en correlación con esa ideología religiosa, HCR ha debido
imbuirse en los paradigmas del “falangismo-franquista-español”
ideología donde militaron
importantes cuadros del gobierno de Francisco Franco Bahamonde durante la
primera fase de ese gobierno franquista. ¿Cuándo, entonces, HCR comenzó a
caminar hacia el fascismo criollo cual contiene sus importantes y fundamentales
diferencias con las bases ideológicas del falangismo-español? Actualmente, nos
consideramos que HCR estaría caminando hacia paradigmas y praxis
nacional-socialista (nazismo) cual
está en importante y sustancial contradicción con la teología judeo-semita
ancestral-familiar.
Reiteramos lo expresado más arriba, HCR tiene sus
derechos naturales de adscribirse y actuar con formas de pensar filosóficamente
desarrollados en el marco teórico-académico según la Historia de la Filosofía
Política; HCR tiene el derecho de, sustentándose en los contenidos teológicos
expuestos por San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino, irrumpir en lo
natural-social sí y solo sí considera que la Patria estuviera en grave peligro
de perder su esencia como Patria, Nación, Estado cual le permita sustentar su
decisión política en praxis de actuar basándose en los paradigmas referentes adscritos
por Adolf Hitler cuales expuso, en su marco anti-marxista y de teoría
económica, en su discurso en el parlamento alemán el día 23 de marzo de 1933.
HCR, verdaderamente, cree y ha asumido que la Patria,
Venezuela, se encuentra en grave peligro como también lo asumió así Adolf
Hitler según el autor arriba referido, Emil Ludwig, en el texto en referencia
sobre la base, reales y/o imaginarias, de las referencias socio-políticas que
sustentan sus argumentos socio-raciales y político-ideológicos de peligro
demostrado y demostrable [según la
argumentación expresada por HCR y la MUD: el comunismo, los cubanos, como
ejemplos referentes] y, al tiempo, argumentando estar y encontrarse en
perfecta consonancia en lo moral-ético natural y adscribirse a lo que asume,
personalmente, como lo teológicamente cristiano.
Este sería el marco teórico-político-ideológico sobre el
cual HCR sustenta sus propuestas políticas fascistas actuales frente al triunfo indiscutido de Nicolás Maduro
Moros, en el marco obligado de la democracia-participativa venezolana [por ello son sus actúales adhesiones a las
referencias político-ideológicas del chavismo] y en el marco
legal-constitucional sobre el cual se sustenta el Estado y la República
Bolivariana de Venezuela. Es evidente, que se presenta una muy importante
contradicción entre la propuesta de las políticas propuestas y sustentadas por
HCR en el marco de la ideología fascista-nazista y la realidad de la Revolución
Bolivariana Socialista bajo el liderazgo de Nicolás Maduro Moros. Fuerte e
importante contradicción que va más allá de las simples pero sangrientas
propuestas de calle de carácter fascista-nazista impulsadas motu proprio por
HCR caminando hacia la conformación del “Golpe de Estado inconcluso” que no
pudo “tumbar” a nuestro Comandante en
Jefe y Presidente de la República Bolivariana de Venezuela porque el “poder
popular” conjuntamente con el “poder militar nacionalista” asumieron
la defensa de la Patria, Venezuela, hacia su caminar como potencia solidaria
regional en la conformación de la Patria Grande bajo los paradigmas impulsados
por Simón Bolívar y Hugo Rafael Chávez Frías en tiempos históricos
referenciales diferentes; a eso se le denomina “revolución nacionalista
cívico-militar” venezolana y punto.