Creación de Células Anti Corrupción, contra la Matraca.
La matraca (Venezuela), botella (Cuba), mordida (México), corbata (Colombia), cutra (Perú), coima (Argentina) o caixinha (Brazil), representa el acto de corrupción, tipificado legalmente como cohecho. Es una práctica ejecutada por funcionarios públicos inescrupulosos, que aprovechándose de su cargo, y escudándose en la burocracia y/o discreción otorgada, exigen a cambio de cumplir con sus responsabilidades y funciones, favorecer o agilizar la cuestión sujeta a su autoridad; o bajo la amenaza de complicar, enredar o dilatar interesada y maliciosamente la gestión planteada; algún pago, utilidad, dádiva o beneficio.
“Transparencia Internacional” en el año 2.009 volvió a publicar que el “Índice de Percepción de la Corrupción” en Venezuela es uno de los más altos en América Latina (4to. Lugar), puesto 162 sobre 180 países incluidos en el estudio. Lo cual pudiéramos cuestionar por no tratarse de una auditoría y basarse su metodología en matrices mediáticas. Pero quien puede negar que en Venezuela el matraqueo, el cobro de vacuna, el soborno y otras formas de corrupción, se perciben como prácticas comunes, hábitos generalizados, insoslayables y hasta a veces justificados socialmente por razones salariales, familiares y/o de seguridad.
Las experiencias son distintas; burócratas que reclaman y/o aceptan obsequios a cambio de celeridad, buena atención o complacencias; fiscales que negocian investigar, imputar o acusar; Jueces que cobran por el traslado del Tribunal y/o la decisión favorable; inspectores de tránsito y policías que sugieren y/o admiten el pago a cambio del perdón de la falta, la protección o la salvación del “problema”; funcionarios que demandan o acceden al emolumento indebido a cambio del permiso, la licencia, la concesión, la colocación, el contrato o el servicio público.
Institucionalicemos la persecución pública a la corrupción. Monitoreo generalizado del funcionariado. Organización de células de inspección anti corrupción. Articúlense “comandos especiales” del CICPC, DISIP, DIM y Policía Nacional, con “equipos especiales” de Fiscales del Ministerio Público, y créense Tribunales Penales Anti Corrupción. Avancemos realmente en la batalla contra la impunidad, la extorsión, el valimiento, los cobros irregulares, el matraqueo y la corrupción política global. Mejoremos nuestros mecanismos de autodepuración institucional. Neguemos al fenómeno como factor natural del engranaje social. Cambiemos la percepción social ante el tema corrupción. Satanicemos al corrupto. “La corrupción no genera dividendos”. “Los corruptos terminan en la cárcel”. “Quién accede a la propuesta del corrupto, es también un delincuente”
Los grandes problemas patrios, están siendo abordados ciertamente desde su raíz y a través de planes y programas estructurales. En ese contexto, se propone la activación de las “Células Anti Corrupción“ (Cuba dixit). Constituyamos instrumentos a favor de la lucha contra los vicios. Involucremos a la sociedad organizada. Desde la dirección del PSUV, incorpórese a los batallones en la tarea de monitorear corruptos. Créense comisiones especiales regionales anti corrupción. Móntense señuelos, grábense hechos y conversaciones, oblíguese a los líderes institucionales a procesar y sancionar; persíganse los pequeños y grandes actos de corrupción.
Porque aquí decimos cómo Fidel Castro, “.esta revolución puede destruirse. Nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra, si no somos capaces de corregir nuestros errores. Si no conseguimos poner fin a muchos vicios: mucho robo, muchos desvíos y muchas fuentes de suministro de dinero de los nuevos ricos”. Debemos construir el hombre y la mujer nueva, renovar la sociedad, y reproducir ejemplos positivos de vida y actuación honesta, transparente y responsable. Claro, seguro lo ideológico, cultural, educativo, mediático e institucional incidirá en la calidad de la sociedad que queremos, sus valores y principios. Pero ahora, es necesario estimular el espíritu crítico para avanzar táctica y estratégicamente en contra del peligroso demonio de la corrupción. Ya el Presidente Chávez declaro la Guerra a Muerte a la Corrupción contribuyamos entonces a acelerar el ataque frontal y decidido al flagelo.
Ciudad Bolívar
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