CAPITALISMO Y POLÍTICA
Está claro que lo de los bancos no es simplemente un problema económico o policial, estamos también frente a una manifestación ideológica y política. Veamos.
Es sabido que el capitalismo, su cultura, sus valores, crean las condiciones para la perversidad que hoy se manifiesta clara en los bancos.
Frente a esta aparición debemos hacernos varias preguntas, la principal es: ¿Cómo y por qué después de tantos años de Revolución surgió este fenómeno, cómo remediarlo?
La Revolución Bolivariana transcurre en medio de una profunda lucha de clases, en un claroscuro diría Gramsci, donde el capitalismo se niega a morir y el Socialismo no termina de nacer. En estas condiciones, la pugna, como siempre que se enfrentan sistemas sociales, es por el alma de las masas. Siendo así, el capitalismo intenta mantener sus valores en la sociedad, y el Socialismo sustituir esos valores, esa cultura capitalista por los valores socialistas.
El planteamiento de un híbrido capitalismo-Socialismo, la teoría de que es suficiente que la petrolera esté en manos del Estado, de hacer con la renta un absurdo que llaman “Sistema Productivo”, de organizar a la sociedad en unidades aisladas egoístas, etc., seguir ese planteamiento, inspirarnos en esa ideología, nos llevó a debilitarnos en la formación de conciencia socialista.
Entonces, lo de los banqueros es un síntoma al que se suman otros que evidencian la debilidad de la conciencia revolucionaria.
Ahora está claro que las acciones de la Revolución se deben medir por la formación de conciencia: “si forma Conciencia del Deber Social es bueno, si no la forma es inaceptable.” No es posible construir el Socialismo sin construir una gran masa impregnada de los valores socialistas, capaz de rechazar los símbolos de poder capitalista, y prestigiar los valores, la cultura socialista. Donde, por ejemplo, una camionetota sea despreciada por antisocial, y, por el contrario, el trabajo voluntario, el desprendimiento internacionalista, la superación intelectual, sean condiciones que valoricen al humano.
Esta es la enseñanza principal del fraude bancario. Hay que atacar las causas, las raíces del mal.
Por otro lado, esa fracción de “vivos”, ambiciosos, no es inerte, ellos son personificaciones del capital, están poseídos por él, responden a las necesidades del capital, son sus instrumentos.
El capital emergente que ellos representan tiene requerimientos económicos, y también requerimientos políticos, éticos, sociales, etc.
Ellos, necesariamente, son conservadores, no les interesa avanzar, por tanto, son enemigos del Socialismo, de la Revolución, de Chávez. Inevitablemente construirán alianzas políticas con intereses similares, con los otros capitalistas, con reformistas, con dubitativos. Intentarán construir un frente político.
Los banqueros son muestra de que el frente económico enemigo está maduro, ahora se intentará formar el frente político que represente la nueva situación. Es allí que la Revolución debe actuar.
Es necesario fortalecer el frente y la ideología socialista, definirlo con fuerza, precisarlo, derrotar los extravíos, avanzar con decisión en la formación de conciencia, allí donde se construyen las nuevas sociedades.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia en la Discusión, Lealtad en la Acción!
Es sabido que el capitalismo, su cultura, sus valores, crean las condiciones para la perversidad que hoy se manifiesta clara en los bancos.
Frente a esta aparición debemos hacernos varias preguntas, la principal es: ¿Cómo y por qué después de tantos años de Revolución surgió este fenómeno, cómo remediarlo?
La Revolución Bolivariana transcurre en medio de una profunda lucha de clases, en un claroscuro diría Gramsci, donde el capitalismo se niega a morir y el Socialismo no termina de nacer. En estas condiciones, la pugna, como siempre que se enfrentan sistemas sociales, es por el alma de las masas. Siendo así, el capitalismo intenta mantener sus valores en la sociedad, y el Socialismo sustituir esos valores, esa cultura capitalista por los valores socialistas.
El planteamiento de un híbrido capitalismo-Socialismo, la teoría de que es suficiente que la petrolera esté en manos del Estado, de hacer con la renta un absurdo que llaman “Sistema Productivo”, de organizar a la sociedad en unidades aisladas egoístas, etc., seguir ese planteamiento, inspirarnos en esa ideología, nos llevó a debilitarnos en la formación de conciencia socialista.
Entonces, lo de los banqueros es un síntoma al que se suman otros que evidencian la debilidad de la conciencia revolucionaria.
Ahora está claro que las acciones de la Revolución se deben medir por la formación de conciencia: “si forma Conciencia del Deber Social es bueno, si no la forma es inaceptable.” No es posible construir el Socialismo sin construir una gran masa impregnada de los valores socialistas, capaz de rechazar los símbolos de poder capitalista, y prestigiar los valores, la cultura socialista. Donde, por ejemplo, una camionetota sea despreciada por antisocial, y, por el contrario, el trabajo voluntario, el desprendimiento internacionalista, la superación intelectual, sean condiciones que valoricen al humano.
Esta es la enseñanza principal del fraude bancario. Hay que atacar las causas, las raíces del mal.
Por otro lado, esa fracción de “vivos”, ambiciosos, no es inerte, ellos son personificaciones del capital, están poseídos por él, responden a las necesidades del capital, son sus instrumentos.
El capital emergente que ellos representan tiene requerimientos económicos, y también requerimientos políticos, éticos, sociales, etc.
Ellos, necesariamente, son conservadores, no les interesa avanzar, por tanto, son enemigos del Socialismo, de la Revolución, de Chávez. Inevitablemente construirán alianzas políticas con intereses similares, con los otros capitalistas, con reformistas, con dubitativos. Intentarán construir un frente político.
Los banqueros son muestra de que el frente económico enemigo está maduro, ahora se intentará formar el frente político que represente la nueva situación. Es allí que la Revolución debe actuar.
Es necesario fortalecer el frente y la ideología socialista, definirlo con fuerza, precisarlo, derrotar los extravíos, avanzar con decisión en la formación de conciencia, allí donde se construyen las nuevas sociedades.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Nobel para los Cinco!