Por: Coordinadora Simón Bolívar (Juan Contreras y Oswaldo Flores)
¡Se ha convertido en una práctica común entre “los revolucionarios” posesionarse de lo ajeno por parte de unos en contra de otros! El sistema capitalista, alimenta esa conducta egoísta. El ser, cuando actúa miserablemente, se caracteriza por anteponer el interés personal por encima de los demás. Es decir: la esencia misma del capitalismo avaro y egoísta.
Estos “camaradas” portadores de la miseria humana, trepadores del poder ante cada situación, asumen una posición desde la cual pasan sobre todo el mundo, con tal de beneficiarse, mas y mejor. No les importa nada. Estos alpinistas del poder participan en cualquier vaina que tenga perspectivas de lucro. Luchan por adueñarse de los logros colectivos y pasarlos como propios. Desde su perspectiva, la revolución solo es buena cuando da beneficios personales. Si la ideología, la ética o la moral están presentes o no, eso no tiene importancia para estos miserables camaradas.
En el escenario de la honestidad y la transparencia ética, estas plagas infiltradas, no pueden desplegar su corrupción. La ambición los conduce a la mediocridad, a la perversión y a la traición; porque en el plano equilibrado del talento y el esfuerzo, jamás podrían consolidarse. Manipulan con un contratito o un sueldito, la ambición de aquellos que no tienen formación ética ni moral y tienen como única herramienta de superación la ambición desmedida.
No puede ser ético y es anti-revolucionario y antisocialista que, cuando un “colectivo revolucionario de trabajo” obtiene logros y metas, vienen unos “rojitos sin escrúpulos” pretendiendo obtener ventajas de los mismos, metiéndole zancadillas a quienes en verdad, hicieron lo necesario para tal fin. Es obvio, que su moral encuadra maravillosamente en los “Principios del Capitalismo”, donde una minoría es dueña de los medios de producción, explota la fuerza laboral y se apropia de los bienes que otros producen. Y lo más grave: atentan contra la fé de unidad y el espíritu de trabajo colectivo, donde el apoyo social y humanista es necesario para que los seres sean cada vez mejores en comunidad; superándose en lo educativo, en lo social, en lo material, en lo espiritual; conviviendo solidariamente. Es decir, siendo realmente socialistas.
El combate contra estas larvas insaciables es parte esencial de
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