Miguel Ángel del Pozo
(Segunda Entrega)
En nuestra anterior entrega tratamos de proponer ideas sobre las presiones a las que se someten las derechas nacionales en su rechazo vehemente a los paradigmas de la Revolución Bolivariana y a la persona de Chávez Frías después de los fracasos de las acciones de “Golpe de Estado” (abril, 2002) y del “Paro Petrolero”, un año después; como consecuencia, el “vacío de poder”, a lo interno de esas derechas, particularmente, en el sector político no así en el económico y medios de información, a diez años de la Revolución Bolivariana, tratan de buscar su propia “resurrección” con actividades de calle (“decían los comunistas que el sector obrero –hoy, las masas-, aprende política en la calle”)
¿Cuál es el objetivo fundamental de esas movilizaciones? Los argumentos son, aparentemente, los lógicos de una democracia tanto representativa como participativa; pero ¿es que no hay manifestaciones fundamentales, evidentes y comprobables de libertad democratica, “libertad de expresión” y respeto a disentir? Entonces ¿Cuál sería el “objetivo fundamental” de tales expresiones de calle con visos de violencia buscada, provocada y propuesta? Mirando al pasado y al presente es fácilmente demostrable que las “democracias capitalistas expansivas”, al repetir modelos que en los pasados históricos promovieron las organizaciones comunistas a lo largo y ancho del mundo, buscan regresar al control político de los gobiernos que proponen políticas sociales, socialistas, socio-culturales-religiosas, gobiernos con liderazgos étnicos-nacionales. Pero ¿buscan únicamente el simple control político que ejercieron desde la expansión capitalista por allá a partir del siglo XVI y ss., hasta que entró en crisis ese capitalismo en permanente expansión –Imperialismo- con la entrada en la escena histórica de la Revolución Bolchevique? Cualquier intelectual, medianamente estudiado, respondería que el factor económico ha sido “razón y ser” de esa permanente política imperialista de control de los gobiernos, de “todos”, absolutamente, de “todos” los estados del globo terráqueo ya que el “capitalismo”, en cualesquiera de sus etapas en que sea estudiado, sustenta su existencia y permanencia no en la “democracia (Pinochet, Francisco Franco), Derechos Humanos (“Guantánamo, “falsos positivos”), libertad de expresión (Globovisión, FoxNews, El País)” sino en la “libre empresa”; es decir, en sencillas expresiones, la “libertad de empresa” es la base fundamental que sustenta el sistema capitalista y cuando no cumple con el “rol social” sino con los objetivos fundamentales del “capital y plusvalía” absolutas, se transforma en sí misma (la libre empresa) en la “dictadura del capital”.
Una sencilla pero importante demostración para el debate intelectual serían los contenidos de los “Tratados Desiguales” impuestos por el “capitalismo expansivo” durante el siglo XIX a China. El estudio de estos Tratados y Acuerdos internacionales nos permiten conocer realidades actuales, particularmente, tanto en Asia Central como en el Asia Oriental. Con el estudio serio de ese marco histórico, los intelectuales “no estalinistas”, contribuirían con la discusión ideológica del significado de la presencia actual de la Revolución Bolivariana en el actual escenario internacional.
Cuando se revisan los contenidos de los “Tratados Y Acuerdos”, arriba en mención, y los comparamos con los fundamentos jurídicos, políticos y económicos con el “adobo” de políticas sociales, es decir, analizando las incidencias de las políticas propuestas y aprobadas en el marco de los acuerdos alcanzados por PetroCaribe, por sus los estados-miembros, se extraen las profundas diferencias en el contenido de los textos mencionados, en ese orden, de los fundamentos político-económico-social e ideológicos se extraen dos diferencias fundamentales: el carácter socio-económico de los Acuerdos alcanzados por los países miembros signatarios del PetroCaribe que, voluntariamente, asumieron sobre la base de los acuerdos de suministro de crudo (petróleo) y sus precios responsables para el sustento y expansión de sus economías y las políticas sociales nacionales de cada estado-miembro de PetroCaribe significa una política socialista de solidaridad sin condiciones y de profundo respeto a los “asuntos internos” de cada uno de los estados-miembros que contraviene los principios fundamentales del capitalismo expansivo. La otra gran diferencia es que en los contenidos de los “Tratados Y Acuerdos Desiguales” impuestos por las Potencias Extranjeras (Gran Bretaña, Francia, Alemania, España, Estados Unidos de América, la Rusia de antes de la Revolución Bolchevique y el Imperio japonés) al Imperio chino en los siglos mencionados (ss. XIX y principios del XX) se le imponen obligaciones y responsabilidades a China sustentadas por las normas del Derecho Internacional vigente en las Europas de eso tiempos históricos al cual se adhirieron tanto los Estados Unidos de América como el Imperio japonés. Es decir, en sencillas palabras, mientras que los contenidos de los textos jurídicos impuestos por las “Potencias Extranjeras” a China contenían la normativa jurídica de las políticas globales del sistema capitalista en su fase Imperialista, los textos jurídicos firmados por los estados-miembros de PetroCAribe son la antítesis del significado de las tesis del sistema capitalista y, fundamentalmente, rechaza, per se, el carácter Imperialista de esas políticas capitalista. Para explicarlo y demostrarlo en palabras más sencillas y con expresiones públicas de las derechas criollas e internacionales; es de conocimiento público para cualquier persona las críticas que desde la prensa y medios audiovisuales antinacionalistas sobre lo fundamental de PetroCAribe cuando se reitera en la información distorsionada y en la critica malsana las políticas de solidaridad de la Revolución Bolivariana al referirse a carácter de la “deuda” que mantienen los estados-miembros de PetroCAribe con PDVSA por suministro de crudo.
Las derechas nacionales e internacionales piensan bajo los esquemas de los fundamentos del capitalismo imperialista, es decir, del carácter del capital y no del carácter social de las políticas de cooperación y solidaridad social (humanista) de los textos jurídicos alcanzados de mutuo acuerdo por los estados-miembros de PetroCaribe.
Podríamos sentirnos satisfechos con lo que hemos expresado más arriba sin necesidad de penetrar en el verdadero fondo de las diatribas que se desarrollan, cotidianamente, por parte de las derechas nacionales e internacionales, contra la Revolución Bolivariana, Chávez Frías y las políticas y las opiniones revolucionarias dentro del marco de la “critica y la autocritica”. ¿Por qué ese encono en contra de las políticas sociales y socialistas que se vienen expandiendo por el globo terráqueo? ¿Cuál es la verdadera razón, es decir, la razón de fondo, según las tesis del capitalismo en cualesquiera etapa se encuentre de su desarrollo, para su expansión durante los siglos arriba referidos, la imposición de políticas antinacionalistas, los enfrentamientos contra los fundamentos de la Revolución Bolchevique, las actuales políticas internacionales en contra de gobiernos que buscan no solamente expresar su independencia de decisión sino profundizar y consolidar sus culturas milenarias incomprendidas (supuestamente) por razones geopolíticas y geoestratégicas del capitalismo expansionistas aun hoy durante el siglo XXI?
Las políticas ambientalistas son una imperiosa necesidad que deberá ser asumida por todos los gobiernos del mundo; ello no significa que mañana, dentro de 50 años y, probablemente, dentro de 100 años, el crudo (petróleo) no siga siendo factor fundamental de la economía mundial; tampoco quiera decir que la “ciencia y las tecnologías” no vayan desarrollando formas de poder convertir los combustibles en mas “limpios” como, también, es necesario el desarrollo de filtros, la utilización completa del gas y el desarrollo de tecnología como la nuclear, entre otras. Por tanto, el petróleo es factor fundamental para el continuo desarrollo de la economía mundial visto desde dos perspectivas: la capitalista expansionista y las tesis que sustentan PetroCaribe como “punto de partida” hacia profundizaciones político-económicas y sociales a futuro.
El capitalismo mundial, por tanto, las políticas de las derechas nacionales e internacionales, en claro conocimiento de las realidades actuales del sistema capitalista, deben, obligatoriamente, tratar de controlar las fuentes de energía sean éstas provenientes del petróleo, nuclear, eólica, hidráulica, etc. Frente a esta imperiosa realidad, objetivamente, se deben, esas derechas, enfrentar a los factores políticos que se opongan a la permanencia de esas políticas capitalistas de control absoluto de las fuentes de energía.
En ese marco propuesto, estamos frente a dos escenarios que le son adversos al capitalismo expansionista, es decir, contrarios a las políticas geoestratégicas del capitalismo en crisis. Uno de los escenarios es el significado de PetroCaribe globalmente analizado y con perspectiva de futuro en desarrollo; es decir, ese escenario que representa PetroCAribe tiene su realidad en la Revolución Bolivariana y en el liderazgo de Chávez Frías. El segundo escenario es el significado geoestratégico y geopolítico, actualmente, de Irán y su Revolución.
Las elecciones en Irán, muy bien explicadas por el Dr. Raimundo Kabchi en el foro organizado por el CELARG, nos enseña el carácter etno-sociológico de la sociedad iraní donde una minoría étnica quiere imponer sus voluntades sobre otra mayoría en el marco de unas elecciones democráticas. ¿Cuál serán las razones para que los Gobiernos que le impusieron los “Tratados y Acuerdos Desiguales” a China en el siglo XIX y principios del siglo XX quieren imponer su voluntad sobre la decisión soberana de la mayoría del pueblo iraní?
Una visión-análisis de las realidades geopolíticas y geoestratégicas en esa región geográfica nos resaltan varias realidades: la situación en Iraq, país invadido, está en permanente crisis interna; la realidad en Afganistán pareciera que la OTAN no ha logrado un consenso real y objetivo en cuanto a las políticas militares, sociales y económicas, para una solución objetiva que resulte en alcanzar la paz. Las crisis de enero entre Rusia y la Comunidad Europea sobre el “tema gas” aun está en discusión con visos de agravarse si las políticas geoestratégicas de la Comunidad Europea se mantienen.
¿Qué buscan los países capitalistas con la promoción de inestabilidad a lo interno de Irán? Se presentan dos escenarios: el primero que se consolide el actual gobierno iraní; el segundo que sea desplazado y se imponga el candidato de las derechas internas iraníes y el de las derechas internacionales. Si se impone la tesis de los países capitalistas, las consecuencias en la Región serán de “pronóstico reservado”. En primer lugar, los Gobiernos de Israel y del Líbano encontrarían un socio político-militar confiable para el control geoestratégico de la Región del Medio Oriente con capacidad de control sobre las reservas petroleras ubicadas en el Mar Caspio. En segundo lugar, el Gobierno pro-capitalista que se impusiera en Irán, controlaría las rutas petroleras del Golfo de Omán y el estrecho de Ormuz; en tercer lugar, la influencia de los países capitalistas sobre las reservas petroleras del Mar Caspio sería fundamental para las futuras políticas de “producción y precios” del crudo a nivel mundial; en cuarto lugar, esa influencia de los países capitalistas sobre las reservas petroleras del Mar Caspio significaría un real y objetivo enfrentamiento con Rusia y China lo que cambiarían los equilibrios geopolíticos y geoestratégicos de toda la Región del Asia Central con incidencias tanto con las futuras políticas globales de Rusia como las afectaciones en el desarrollo económico sostenido de la economía de China con incidencias globales.
Frente al escenario descrito más arriba, para los Estados Unidos de América, aun considerando el carácter de su política imperialista, tiene una “carta bajo la manga” que sería el control de las reservas petroleras existentes en Venezuela. Objetivamente, en las recientes decisiones políticas que se vienen tomando en la Secretaria de Estado del Gobierno de Barack Obama de los Estados Unidos de América, no resultan para nada extrañas además de que forman parte de un proceso político de lo que José Vicente Rangel, conceptualmente, denomina como “Golpe de Estado continuado”.
¿Cuál sería la actitud de quienes se califican como revolucionarios, dentro y fuera de los centros de Poder de la Revolución Bolivariana? Las realidades internacionales son “graves y muy delicadas” para el proceso revolucionario en “pleno desarrollo” tanto a lo interno de Venezuela como los procesos revolucionarios al sur del rio Bravo. Los fundamentos teóricos, ideológicos y políticos de la “critica y la autocritica” deben estar en permanente dialogo con las realidades tanto nacionales-internas y como las internacionales con fuerte incidencia en las nacionales. Joseph Stalin siempre puso los intereses internacionales sobre los nacionales (un ejemplo concreto fue el quehacer político de Mihail Borodin en China); esa política fue fundamento para que los sucesores lideres soviéticos “bailaran” al son de las presiones de Washington; pareciera que las tesis sobre las “contradicciones” no eran aplicadas.
ZAPATAZOS REVOLUCIONARIOS Y BOLIVARIANOS: http://www.newleftreview.org/?page=article&view=2779
delpozo14@gmail.com
¿Cuál es el objetivo fundamental de esas movilizaciones? Los argumentos son, aparentemente, los lógicos de una democracia tanto representativa como participativa; pero ¿es que no hay manifestaciones fundamentales, evidentes y comprobables de libertad democratica, “libertad de expresión” y respeto a disentir? Entonces ¿Cuál sería el “objetivo fundamental” de tales expresiones de calle con visos de violencia buscada, provocada y propuesta? Mirando al pasado y al presente es fácilmente demostrable que las “democracias capitalistas expansivas”, al repetir modelos que en los pasados históricos promovieron las organizaciones comunistas a lo largo y ancho del mundo, buscan regresar al control político de los gobiernos que proponen políticas sociales, socialistas, socio-culturales-religiosas, gobiernos con liderazgos étnicos-nacionales. Pero ¿buscan únicamente el simple control político que ejercieron desde la expansión capitalista por allá a partir del siglo XVI y ss., hasta que entró en crisis ese capitalismo en permanente expansión –Imperialismo- con la entrada en la escena histórica de la Revolución Bolchevique? Cualquier intelectual, medianamente estudiado, respondería que el factor económico ha sido “razón y ser” de esa permanente política imperialista de control de los gobiernos, de “todos”, absolutamente, de “todos” los estados del globo terráqueo ya que el “capitalismo”, en cualesquiera de sus etapas en que sea estudiado, sustenta su existencia y permanencia no en la “democracia (Pinochet, Francisco Franco), Derechos Humanos (“Guantánamo, “falsos positivos”), libertad de expresión (Globovisión, FoxNews, El País)” sino en la “libre empresa”; es decir, en sencillas expresiones, la “libertad de empresa” es la base fundamental que sustenta el sistema capitalista y cuando no cumple con el “rol social” sino con los objetivos fundamentales del “capital y plusvalía” absolutas, se transforma en sí misma (la libre empresa) en la “dictadura del capital”.
Una sencilla pero importante demostración para el debate intelectual serían los contenidos de los “Tratados Desiguales” impuestos por el “capitalismo expansivo” durante el siglo XIX a China. El estudio de estos Tratados y Acuerdos internacionales nos permiten conocer realidades actuales, particularmente, tanto en Asia Central como en el Asia Oriental. Con el estudio serio de ese marco histórico, los intelectuales “no estalinistas”, contribuirían con la discusión ideológica del significado de la presencia actual de la Revolución Bolivariana en el actual escenario internacional.
Cuando se revisan los contenidos de los “Tratados Y Acuerdos”, arriba en mención, y los comparamos con los fundamentos jurídicos, políticos y económicos con el “adobo” de políticas sociales, es decir, analizando las incidencias de las políticas propuestas y aprobadas en el marco de los acuerdos alcanzados por PetroCaribe, por sus los estados-miembros, se extraen las profundas diferencias en el contenido de los textos mencionados, en ese orden, de los fundamentos político-económico-social e ideológicos se extraen dos diferencias fundamentales: el carácter socio-económico de los Acuerdos alcanzados por los países miembros signatarios del PetroCaribe que, voluntariamente, asumieron sobre la base de los acuerdos de suministro de crudo (petróleo) y sus precios responsables para el sustento y expansión de sus economías y las políticas sociales nacionales de cada estado-miembro de PetroCaribe significa una política socialista de solidaridad sin condiciones y de profundo respeto a los “asuntos internos” de cada uno de los estados-miembros que contraviene los principios fundamentales del capitalismo expansivo. La otra gran diferencia es que en los contenidos de los “Tratados Y Acuerdos Desiguales” impuestos por las Potencias Extranjeras (Gran Bretaña, Francia, Alemania, España, Estados Unidos de América, la Rusia de antes de la Revolución Bolchevique y el Imperio japonés) al Imperio chino en los siglos mencionados (ss. XIX y principios del XX) se le imponen obligaciones y responsabilidades a China sustentadas por las normas del Derecho Internacional vigente en las Europas de eso tiempos históricos al cual se adhirieron tanto los Estados Unidos de América como el Imperio japonés. Es decir, en sencillas palabras, mientras que los contenidos de los textos jurídicos impuestos por las “Potencias Extranjeras” a China contenían la normativa jurídica de las políticas globales del sistema capitalista en su fase Imperialista, los textos jurídicos firmados por los estados-miembros de PetroCAribe son la antítesis del significado de las tesis del sistema capitalista y, fundamentalmente, rechaza, per se, el carácter Imperialista de esas políticas capitalista. Para explicarlo y demostrarlo en palabras más sencillas y con expresiones públicas de las derechas criollas e internacionales; es de conocimiento público para cualquier persona las críticas que desde la prensa y medios audiovisuales antinacionalistas sobre lo fundamental de PetroCAribe cuando se reitera en la información distorsionada y en la critica malsana las políticas de solidaridad de la Revolución Bolivariana al referirse a carácter de la “deuda” que mantienen los estados-miembros de PetroCAribe con PDVSA por suministro de crudo.
Las derechas nacionales e internacionales piensan bajo los esquemas de los fundamentos del capitalismo imperialista, es decir, del carácter del capital y no del carácter social de las políticas de cooperación y solidaridad social (humanista) de los textos jurídicos alcanzados de mutuo acuerdo por los estados-miembros de PetroCaribe.
Podríamos sentirnos satisfechos con lo que hemos expresado más arriba sin necesidad de penetrar en el verdadero fondo de las diatribas que se desarrollan, cotidianamente, por parte de las derechas nacionales e internacionales, contra la Revolución Bolivariana, Chávez Frías y las políticas y las opiniones revolucionarias dentro del marco de la “critica y la autocritica”. ¿Por qué ese encono en contra de las políticas sociales y socialistas que se vienen expandiendo por el globo terráqueo? ¿Cuál es la verdadera razón, es decir, la razón de fondo, según las tesis del capitalismo en cualesquiera etapa se encuentre de su desarrollo, para su expansión durante los siglos arriba referidos, la imposición de políticas antinacionalistas, los enfrentamientos contra los fundamentos de la Revolución Bolchevique, las actuales políticas internacionales en contra de gobiernos que buscan no solamente expresar su independencia de decisión sino profundizar y consolidar sus culturas milenarias incomprendidas (supuestamente) por razones geopolíticas y geoestratégicas del capitalismo expansionistas aun hoy durante el siglo XXI?
Las políticas ambientalistas son una imperiosa necesidad que deberá ser asumida por todos los gobiernos del mundo; ello no significa que mañana, dentro de 50 años y, probablemente, dentro de 100 años, el crudo (petróleo) no siga siendo factor fundamental de la economía mundial; tampoco quiera decir que la “ciencia y las tecnologías” no vayan desarrollando formas de poder convertir los combustibles en mas “limpios” como, también, es necesario el desarrollo de filtros, la utilización completa del gas y el desarrollo de tecnología como la nuclear, entre otras. Por tanto, el petróleo es factor fundamental para el continuo desarrollo de la economía mundial visto desde dos perspectivas: la capitalista expansionista y las tesis que sustentan PetroCaribe como “punto de partida” hacia profundizaciones político-económicas y sociales a futuro.
El capitalismo mundial, por tanto, las políticas de las derechas nacionales e internacionales, en claro conocimiento de las realidades actuales del sistema capitalista, deben, obligatoriamente, tratar de controlar las fuentes de energía sean éstas provenientes del petróleo, nuclear, eólica, hidráulica, etc. Frente a esta imperiosa realidad, objetivamente, se deben, esas derechas, enfrentar a los factores políticos que se opongan a la permanencia de esas políticas capitalistas de control absoluto de las fuentes de energía.
En ese marco propuesto, estamos frente a dos escenarios que le son adversos al capitalismo expansionista, es decir, contrarios a las políticas geoestratégicas del capitalismo en crisis. Uno de los escenarios es el significado de PetroCaribe globalmente analizado y con perspectiva de futuro en desarrollo; es decir, ese escenario que representa PetroCAribe tiene su realidad en la Revolución Bolivariana y en el liderazgo de Chávez Frías. El segundo escenario es el significado geoestratégico y geopolítico, actualmente, de Irán y su Revolución.
Las elecciones en Irán, muy bien explicadas por el Dr. Raimundo Kabchi en el foro organizado por el CELARG, nos enseña el carácter etno-sociológico de la sociedad iraní donde una minoría étnica quiere imponer sus voluntades sobre otra mayoría en el marco de unas elecciones democráticas. ¿Cuál serán las razones para que los Gobiernos que le impusieron los “Tratados y Acuerdos Desiguales” a China en el siglo XIX y principios del siglo XX quieren imponer su voluntad sobre la decisión soberana de la mayoría del pueblo iraní?
Una visión-análisis de las realidades geopolíticas y geoestratégicas en esa región geográfica nos resaltan varias realidades: la situación en Iraq, país invadido, está en permanente crisis interna; la realidad en Afganistán pareciera que la OTAN no ha logrado un consenso real y objetivo en cuanto a las políticas militares, sociales y económicas, para una solución objetiva que resulte en alcanzar la paz. Las crisis de enero entre Rusia y la Comunidad Europea sobre el “tema gas” aun está en discusión con visos de agravarse si las políticas geoestratégicas de la Comunidad Europea se mantienen.
¿Qué buscan los países capitalistas con la promoción de inestabilidad a lo interno de Irán? Se presentan dos escenarios: el primero que se consolide el actual gobierno iraní; el segundo que sea desplazado y se imponga el candidato de las derechas internas iraníes y el de las derechas internacionales. Si se impone la tesis de los países capitalistas, las consecuencias en la Región serán de “pronóstico reservado”. En primer lugar, los Gobiernos de Israel y del Líbano encontrarían un socio político-militar confiable para el control geoestratégico de la Región del Medio Oriente con capacidad de control sobre las reservas petroleras ubicadas en el Mar Caspio. En segundo lugar, el Gobierno pro-capitalista que se impusiera en Irán, controlaría las rutas petroleras del Golfo de Omán y el estrecho de Ormuz; en tercer lugar, la influencia de los países capitalistas sobre las reservas petroleras del Mar Caspio sería fundamental para las futuras políticas de “producción y precios” del crudo a nivel mundial; en cuarto lugar, esa influencia de los países capitalistas sobre las reservas petroleras del Mar Caspio significaría un real y objetivo enfrentamiento con Rusia y China lo que cambiarían los equilibrios geopolíticos y geoestratégicos de toda la Región del Asia Central con incidencias tanto con las futuras políticas globales de Rusia como las afectaciones en el desarrollo económico sostenido de la economía de China con incidencias globales.
Frente al escenario descrito más arriba, para los Estados Unidos de América, aun considerando el carácter de su política imperialista, tiene una “carta bajo la manga” que sería el control de las reservas petroleras existentes en Venezuela. Objetivamente, en las recientes decisiones políticas que se vienen tomando en la Secretaria de Estado del Gobierno de Barack Obama de los Estados Unidos de América, no resultan para nada extrañas además de que forman parte de un proceso político de lo que José Vicente Rangel, conceptualmente, denomina como “Golpe de Estado continuado”.
¿Cuál sería la actitud de quienes se califican como revolucionarios, dentro y fuera de los centros de Poder de la Revolución Bolivariana? Las realidades internacionales son “graves y muy delicadas” para el proceso revolucionario en “pleno desarrollo” tanto a lo interno de Venezuela como los procesos revolucionarios al sur del rio Bravo. Los fundamentos teóricos, ideológicos y políticos de la “critica y la autocritica” deben estar en permanente dialogo con las realidades tanto nacionales-internas y como las internacionales con fuerte incidencia en las nacionales. Joseph Stalin siempre puso los intereses internacionales sobre los nacionales (un ejemplo concreto fue el quehacer político de Mihail Borodin en China); esa política fue fundamento para que los sucesores lideres soviéticos “bailaran” al son de las presiones de Washington; pareciera que las tesis sobre las “contradicciones” no eran aplicadas.
ZAPATAZOS REVOLUCIONARIOS Y BOLIVARIANOS: http://www.newleftreview.org/?page=article&view=2779
delpozo14@gmail.com