Tres febreros de impacto
Freddy J. Melo
Acaban de cumplirse el décimo aniversario de la instalación (020299) del Gobierno revolucionario y el decimoséptimo de la rebelión militar (04-02-92) que a la postre daría origen al primero, tras producirse el reencuentro del pueblo civil con el armado y el encuentro del colectivo popular en su conjunto con el líder surgido del singular hecho de armas. Singular porque habiendo sido una derrota en cuanto al propósito inmediato, se transformó en brevísimo tiempo, al calor de un “por ahora” de esperanza y la asunción de responsabilidad en un país huérfano de ella, en una victoria política de carácter histórico.
Esas fechas de signo jubiloso para tantos, aunque sensiblemente costosa la segunda, enlazan directamente así mismo con la luctuosa del 27 de febrero de 1989 --ya para veinte años--, cuando los fusiles al servicio del régimen oligárquico-imperialista destruyeron la vida de cientos, acaso miles, de hombres y mujeres inermes alzados en protesta, con lo que restablecieron el orden puntual, pero al costo de que los fogonazos alumbraran a las masas populares la verdad. Desde ese momento la capacidad alienadora de los medios, instituciones y políticos del sistema se fracturó y el pueblo en determinante mayoría adquirió conciencia súbita de su carácter de explotado y oprimido, primera condición para comenzar a ser dueño de sus decisiones. El hecho constituyó de ese modo el impulso final a los acontecimientos que dieron al traste con la cuarta república, e inició para nosotros la memoria entrelazada y sin posible olvido de los tres impactantes febreros.
Es claro que esos acontecimientos son a su vez expresiones de las luchas populares generales. Triunfos y derrotas han signado esas luchas, desde la resistencia a los conquistadores hispanos hasta el enfrentamiento de hoy con el imperio más poderoso, depredador y perverso de la historia. Un proceso multisecular que ha revelado ante los ojos del mundo la naturaleza heroica de los patriotas venezolanos de ayer y de siempre y la prodigalidad con que destacan de sus filas conductores de pueblos y libertadores.
Ahora ha concluido el primer decenio del Gobierno bolivariano y se ha pisado el arranque para el segundo, destinado, nos dice el Presidente, a edificar sobre el sólido fundamento creado la estructura de la nueva sociedad que avanza rumbo al socialismo del siglo XXI
La vibrante fiesta popular que rememoró los triunfos ligados a estas fechas, con el gran espacio de Los Próceres desbordado y la presencia de cuatro presidentes y un vicepresidente nuestramericanos, nos dice de la calidad de ese fundamento. La democracia participativa y protagónica, que es el poder del pueblo, abroquelada constitucionalmente y abriéndose paso a golpes de conciencia y con la guía de un líder excepcional; las misiones destinadas a proveer los músculos de ese poder, con el conocimiento, la salud, el trabajo, la alimentación, la vivienda, la identidad, la cultura, la moral y otros componentes de una vida digna, basada en un ejercicio social de solidaridad, igualdad, libertad y amor; la acción fraterna dirigida a la unidad del continente para materializar el inmortal sueño de Bolívar de una patria grande y soberana, inmune a la perversidad de los imperios; la comprensión de que para la realización de esos logros es necesario consolidar la tríada de unidad, organización y conciencia, y ahora mismo bregar con redobladas fuerzas por el triunfo de la enmienda constitucional que abre la posibilidad de preservar al frente de la nación el liderazgo unificador y orientador del Presidente, todo eso estuvo en las consignas, pancartas y pendones y en la emoción y entusiasmo de la impresionante concentración de hombres y mujeres de todas las edades que allí estuvieron. Una verdadera fiesta de multitudes.
Multitudes que tienen ahora en sus manos por vez primera la potestad de organizarse y prepararse para resolver sus problemas y renovar la vida, por lo que no permitirán la vuelta de las oscuras golondrinas en busca de reconvertir a Venezuela en pasto de las minorías oligárquicas, zona de exclusión de la inmensa mayoría y neocolonia del imperialismo. La decisión es ¡vade retro al pasado cuartarrepublicano, SÍ al presente y al futuro promisor! freddyjmelo@yahoo.es
Freddy J. Melo
Acaban de cumplirse el décimo aniversario de la instalación (020299) del Gobierno revolucionario y el decimoséptimo de la rebelión militar (04-02-92) que a la postre daría origen al primero, tras producirse el reencuentro del pueblo civil con el armado y el encuentro del colectivo popular en su conjunto con el líder surgido del singular hecho de armas. Singular porque habiendo sido una derrota en cuanto al propósito inmediato, se transformó en brevísimo tiempo, al calor de un “por ahora” de esperanza y la asunción de responsabilidad en un país huérfano de ella, en una victoria política de carácter histórico.
Esas fechas de signo jubiloso para tantos, aunque sensiblemente costosa la segunda, enlazan directamente así mismo con la luctuosa del 27 de febrero de 1989 --ya para veinte años--, cuando los fusiles al servicio del régimen oligárquico-imperialista destruyeron la vida de cientos, acaso miles, de hombres y mujeres inermes alzados en protesta, con lo que restablecieron el orden puntual, pero al costo de que los fogonazos alumbraran a las masas populares la verdad. Desde ese momento la capacidad alienadora de los medios, instituciones y políticos del sistema se fracturó y el pueblo en determinante mayoría adquirió conciencia súbita de su carácter de explotado y oprimido, primera condición para comenzar a ser dueño de sus decisiones. El hecho constituyó de ese modo el impulso final a los acontecimientos que dieron al traste con la cuarta república, e inició para nosotros la memoria entrelazada y sin posible olvido de los tres impactantes febreros.
Es claro que esos acontecimientos son a su vez expresiones de las luchas populares generales. Triunfos y derrotas han signado esas luchas, desde la resistencia a los conquistadores hispanos hasta el enfrentamiento de hoy con el imperio más poderoso, depredador y perverso de la historia. Un proceso multisecular que ha revelado ante los ojos del mundo la naturaleza heroica de los patriotas venezolanos de ayer y de siempre y la prodigalidad con que destacan de sus filas conductores de pueblos y libertadores.
Ahora ha concluido el primer decenio del Gobierno bolivariano y se ha pisado el arranque para el segundo, destinado, nos dice el Presidente, a edificar sobre el sólido fundamento creado la estructura de la nueva sociedad que avanza rumbo al socialismo del siglo XXI
La vibrante fiesta popular que rememoró los triunfos ligados a estas fechas, con el gran espacio de Los Próceres desbordado y la presencia de cuatro presidentes y un vicepresidente nuestramericanos, nos dice de la calidad de ese fundamento. La democracia participativa y protagónica, que es el poder del pueblo, abroquelada constitucionalmente y abriéndose paso a golpes de conciencia y con la guía de un líder excepcional; las misiones destinadas a proveer los músculos de ese poder, con el conocimiento, la salud, el trabajo, la alimentación, la vivienda, la identidad, la cultura, la moral y otros componentes de una vida digna, basada en un ejercicio social de solidaridad, igualdad, libertad y amor; la acción fraterna dirigida a la unidad del continente para materializar el inmortal sueño de Bolívar de una patria grande y soberana, inmune a la perversidad de los imperios; la comprensión de que para la realización de esos logros es necesario consolidar la tríada de unidad, organización y conciencia, y ahora mismo bregar con redobladas fuerzas por el triunfo de la enmienda constitucional que abre la posibilidad de preservar al frente de la nación el liderazgo unificador y orientador del Presidente, todo eso estuvo en las consignas, pancartas y pendones y en la emoción y entusiasmo de la impresionante concentración de hombres y mujeres de todas las edades que allí estuvieron. Una verdadera fiesta de multitudes.
Multitudes que tienen ahora en sus manos por vez primera la potestad de organizarse y prepararse para resolver sus problemas y renovar la vida, por lo que no permitirán la vuelta de las oscuras golondrinas en busca de reconvertir a Venezuela en pasto de las minorías oligárquicas, zona de exclusión de la inmensa mayoría y neocolonia del imperialismo. La decisión es ¡vade retro al pasado cuartarrepublicano, SÍ al presente y al futuro promisor! freddyjmelo@yahoo.es