¿Un partido vivo?
Cinco estrategias que giran en torno a un eje fundamental: la construcción y consolidación del poder popular. Es esta la tarea medular. Así interpreto la segunda estrategia “cultura política socialista vs. Cultura política burguesa”. El falso dilema de la libertad individual es el meollo de la estrategia mediático-manipuladora de la burguesía. Libertad que para realizarse necesita de un desencadenamiento de las relaciones sociales comunitarias. Se trata del individuo aislado. narciso, consumidor. Una estructura legal que esta fuera “asegura” la identidad y la libertad ciudadana. Esto por supuesto implica un desprendimiento de las relaciones comunitarias, de los intereses de la comunidad. Esta falacia liberaría, ha permitido a la burguesía confundir a bastos sectores de la población ( de la clase media y hasta de los barrios). De esta manera alcanza cuotas de poder, para seguir manipulando y repetir su práctica de “esperarlas a la hora del poder, y abatirlas entonces de forma sangrienta, o reducirlas pacíficamente, confiscando en provecho propio los frutos de su victoria y de su derrota “(Alhusser).
El concepto abstracto y formal de ciudadano no es garantía de libertad. No hay ningún liberador fuera de si. Es la participación como actor social e histórico en la organización comunitaria lo que permite construir una identidad propia, un individuo soberano que va borrando el concepto abstracto del ciudadano de la racionalidad individualista burguesa. En los vínculos de acción comunal predomina la solidaridad por encima de la competencia individualista.
Es aquí donde esta la sabia vital del partido. De un partido vivo, sano, limpio de la práctica política burguesa. Que no califique a los militantes y a las comunidades como a otros a los cuales la dirección hace realizar su política, en el más puro estilo burgués. Donde ser militantes significa “tener parte” en eventos centrales o realizar actividades asistenciales con las comunidades, orientados a la eficiencia inmediatista. No es “ser parte de”, es contener en uno el proceso; ser uno del proceso concatenados orgánicamente desde la en la organización comunitaria de base.
El PSUV tiene que convertirse en un partido vivo estremecido por el movimiento de la creatividad y las potencialidades del pueblo Compenetrado con sus luchas, sus descubrimientos y sus problemas. Un instrumento de su liberación. La unidad, la conciencia y la confianza y paralelamente un vínculo de solidaridad que se expresa en la fraternidad de estar juntos en la lucha, el orgullo de que el partido exista en tanto que conquista de las luchas de los excluidos de siempre.